martes, 30 de septiembre de 2014

Regiones de topografía clínica, examen general para apreciar la salud y las alteraciones orgánicas en diferentes especies.

Antes de desarrollar los puntos correspondientes a esta unidad es necesario generalizar un poco sobre diagnostico clínico, ya que tanto el conocimiento de las regiones de topografía clínica como el examen que se realice en el animal sospechoso permitirá llegar a un diagnostico acertado de la existencia de una posible enfermedad, aspecto de primordial importancia para la sanidad animal.

El diagnostico clínico se interesa por el estudio de las clases y procedimientos de exploración del animal enfermo; así como se basa en la interpretación de los signos y datos recogidos en la misma. En sanidad animal esto es de primordial importancia ya que si se presenta un animal enfermo, con la exploración clínica se persigue como meta la determinación del tipo de enfermedad, su forma de presentación e importancia, considerando su dependencia con el ambiente. En este aspecto la sanidad animal se encuentra íntimamente ligada a la medicina veterinaria ya sea preventiva o curativa.

Para el planteamiento de un diagnostico, es de mucha importancia la exploración del ente animal, y para ello hay que estar familiarizado con los diferentes animales y sus regiones de topografía clínica; esta exploración revela los trastornos funcionales y alteraciones anatómicas que se consideran como signos de enfermedad y manifestaciones o fenómenos clínicos a que dan lugar anormalidades.

Una vez que se obtiene los resultados de una exploración metódica, se procede a realizar la historia clínica del animal y en base a todas las informaciones recaudadas se procede a plantear el diagnostico y a incluir directamente de los resultados obtenidos.

Una exploración metódica del animal enfermo, tomando en cuenta la anamnesis y las condiciones ambientales en las que el animal se desenvuelve, proporciona datos suficiente, no solo para conocer el desarrollo de la enfermedad, sino para prevenir padecimientos análogos.

La condición fundamental para un diagnostico clínico exacto es la exploración acabada y metódica del enfermo. En algunos casos, en algunas especies animales basta solamente una exploración en todas sus partes; pero por lo general esto tiene que ser lo suficientemente detallado.

La idoneidad para efectuar una exploración adecuada y precisa del animal enfermo solo debe adquirirse habituándose a examinar siempre todos los órganos y en el mismo orden, solo así se evita que ningún fenómeno sospechoso a enfermedad pase inadvertido o se deje algún órgano sin examinar. Por ello una exploración efectuada siempre con arreglo al mismo plan, tiene además la ventaja de no solo captar la confianza del dueño del animal, sino también de proporcionar en breve tiempo la facultad de verlo, palparlo y oírlo todo con exactitud y distinguir lo normal de lo anormal.

La exploración lleva consigo el inconveniente de tener que dar muchas vueltas al animal. Pero, con la práctica y el conocimiento exacto de las zonas de topografía clínica se puede llegar pronto y directamente a efectuar la exploración sin grandes pérdidas de tiempo y sin mostrar falta de habilidad.

Regiones de topografía clínica.

De acuerdo a los conceptos nuevos de la práctica de la clínica veterinaria, cada vez se hace más acentuado el desarrollo de la medicina de masas, tanto preventiva como curativa, dado a las características que se establecen en el manejo y condición de los animales.

El bovino así como el cerdo, son animales que se explotan en forma de grupos de individuos, considerándose como cifra económica el grupo y no el individuo. El perro y el equino se salen en muchos casos de este encuadre, ya que son animales que poseen características particulares de explotación.

En las aves es donde este criterio va a encontrar su mayor representante, ya que la práctica de la clínica aviar está fundamentada en el manejo de grandes lotes de animales, jamás de individuos. En el reconocimiento primario de los lotes de ganado, siempre es imperativo realizar un examen de la explotación considerándola como unidad de trabajo, es decir, realizando análisis más o menos detallados de las condiciones generales del ambiente tecnológico, instalaciones y mano de obra, para concluir finalmente en el reconocimiento directo del problema directo o responsable económico, que es el grupo de animales y dentro de él, al individuo. Por esta razón, en toda inspección de una instalación, especialmente cuando se ingresa a ella por vez primera debe dedicarse tiempo al estudio de ella y de cada uno de sus integrantes (especies de animales presentes, explotadas).

En el examen clínico de los rebaños se siguen normas:
  1. Reconocimiento de todo el rebaño.
  2. Reconocimiento de un lote de ganado dentro del rebaño.
  3. Reconocimiento del individuo: Y es en este reconocimiento en que vamos a aplicar los conocimientos y las diferenciaciones entre las regiones topográficas de importancia para la clínica veterinaria. Después que se tiene el individuo sospechoso se hace el reconocimiento de acuerdo a normas establecidas para a través de su historia diagnosticar si existe o no enfermedad.
En forma general se encuentran en los animales treinta (40) regiones de topografía clínica identificables.

Figura 1. Regiones topográficas clínicas del bovino.

1.     Región de la cabeza.
2.     Región dorsal del cuello.
3.     Región lateral del cuello.
4.     Región ventral del cuello.
5.     Región parotidea.
6.     Región laríngea.
7.     Región interescapular.
8.     Región dorsocostal.
9.     Región escapular.
10.  Región costal.
11.  Región preesternal.
12.  Región esternal.
13.  Región hipocondriaca.
14.  Región xifoidea.
15.  Región lumbar.
16. Región lateral del abdomen.
17. Región umbilical.
18. Región caudal del abdomen.
19. Región púbica.
20. Región de la papada.
21. Región preescapular.
22. Región del hombro.
23. Región del brazo.
24. Región del codo.
25. Región antebraquial.
26. Región del carpo.
27 Región del metacarpo.
28. Región de los dedos.
29. Región de la tuberosidad coxal.
30 Región sacra.
31. Región glútea.
32. Región de la tuberosidad isquiática.
33. Región coccígea.
34. Región trocanterica.
35. Región femorotibiopatelar.
36. Región pierna.
37. Región poplítea.
38. Región tarso.
39. Región metatarso.
40. Región del muslo.

Figura 2. Regiones topográficas clínicas del caballo.

1. Región de la cabeza.
2. Región dorsal del cuello.
3. Región lateral del cuello.
4. Región yugular.
5. Región parotidea.
6. Región laríngea.
7. Región preescapular.
8. Región interescapular.
9. Región vertebral torácica.
10. Región escapular.
11. Región costal.
12. Región preesternal.
13. Región esternal.
14. Región lumbar.
15. Región hipocondriaca.
16. Región xifoidea.
17. Región del ijar.
18. Región lateral del abdomen.
19. Región umbilical.
20. Región inguinal.
21. Región púbica.
22. Región sacra.
23. Región glútea.
24. Región tuberosidad coxal.
25. Región trocanterica.
26. Región articulación del hombro.
27. Región tricipital.
28. Región brazo.
29. Región del codo.
30. Región antebrazo.
31. Región del carpo.
32. Región del metacarpo.
33. Región de los dedos de la mano.
34. Región lateral de la rodilla.
35. Región del muslo.
36. Región de la pierna.
37. Región del tarso.
38. Región del metatarso.
39. Región de los dedos del pie.
40. Región caudal.

Examen general para apreciar la salud y las alteraciones orgánicas en diferentes especies.

Para investigar cualquier problema que se refiere a la enfermedad de un animal, tanto si es de uno de ellos por separado o de un grupo, la primera necesidad y la más importante es obtener un examen clínico preciso y complejo. El examen clínico comprende tres aspectos; el del animal, el de su historia y el del ambiente; todos ellos con posibilidad de que puedan concluir a errores. El examen del animal afecto es solo una parte de la investigación completa. El interrogatorio cuidadoso del propietario o del cuidador (anamnesis) informaría sin duda sobre los alimentos recientes o pasados, sobre las vacunas inoculadas, las operaciones quirúrgicas o la llegada de nuevos individuos al grupo, todo lo cual puede ser elemento valioso para un buen diagnostico.

La falla en un aspecto del examen clínico puede inutilizar gran parte de la labor en otros, con la consecuencia de errores en el diagnostico.

Cuando realizamos el examen general para apreciar la salud y sus posibles alteraciones hay que considerar que los animales no pueden describir sus síntomas y signos, además de que varían mucho entre ellos según su reacción a la manera de ser tratados, de modo que hay que considerar un margen de normalidad en los criterios deducidos del examen físico. Estas variaciones son mucho más acusadas en unas especies que en otras. Los caballos, perros y ganado vacuno, debido a su tamaño y por estar acostumbrados a los humanos son mejores pacientes que el ganado porcino, ovino y caprino que ofrecen más dificultad.

Examen del paciente.

Es importante que todo animal enfermo sea sometido a un examen clínico completo. La omisión de algún aspecto puede concluir a errores diagnósticos, y pasar inadvertidas enfermedades concomitantes. El examen general de un animal enfermo consiste, al principio en una inspección general, desde cierta distancia, después de lo cual se procede a un examen físico más detallado.

Inspección general.

No hay necesidad de insistir en la importancia de examinar un animal en conjunto, a pesar de lo cual muchas veces despreciamos o se olvida. Además de la impresión general lograda por la observación a distancia, algunos signos se valoran mejor antes de perturbar al animal. La presencia del examinador es a veces muy inquietante para los animales poco acostumbrados a la visita de extraños.

Aspecto o estado general del animal.

Es difícil analizar el estado de salud de un animal por su examen a distancia, existen muchos puntos a contemplar, pero entre los más importante hablaremos de:
  •  Actitud-Temperamento.
Actitud

Posiciones características que adopta cada una de las diferentes especies animales en estación (parado) decúbito (echado) o en locomoción (marcha).

Temperamento

Es la forma cómo reacciona un animal a los estímulos externos.

Este binomio actitud – temperamento lo podemos definir simplemente como comportamiento. La separación del animal del resto del grupo es con frecuencia señal de enfermedad y el comportamiento también invita a reflexionar sobre la salud del mismo. Si responde normalmente a los estímulos externos como el sonido y los movimientos se les llama vivos, y si las reacciones son torpes y si no responde con normalidad a dichos estímulos, se dice que está apático o indolente. El estado pronunciado de indiferencia, cuando el animal puede moverse pero no responde a las excitaciones externas, suele conocerse como “Síndrome de Estupor”; el cual ocurre en el envenenamiento sub-agudo por el plomo, la listerosis y algunos casos de acetonemia en los bovinos y la encefalomielitis y cirrosis del hígado en equinos. Un estado de ansiedad o temor es la forma más atenuada, en tal caso, el animal está atento, mirando constantemente en todas direcciones, pero con movimientos normales, se trata muchas veces de un dolor constante pero moderado, o de otras sensaciones anormales como el comienzo de la paresia obstétrica y la ceguera reciente.

A las manifestaciones más intensas, la actitud y temperamento con que responde el animal es de inquietud, se mueve constantemente e incluso puede hociquear los costados, darse coces en el vientre, revolcarse y mugir lastimeramente, también indican la presencia de dolor. Los grados más extremos de excitación son la manía y el frenesí; siendo la manía cuando el animal hace movimientos anormales con vigor, como el lamido de su cuerpo, de objetos inanimados y la presión de la cabeza contra los muros. En el frenesí, las reacciones y acciones son extremadamente violentas, haciendo que el animal sea un peligro para toda persona que se le acerque, estos síntomas nos indican rabia, envenenamiento agudo por plomo, algunos casos de acetonemia nerviosa. En lo referente a posición, aunque no es determinante en muchos casos está relacionada con signos que pueden indicar el punto de gravedad de un proceso patológico, así por ejemplo; en bovinos que sufren de luxación de cadera o parálisis del miembro ciático, el miembro enfermo no se mantiene flexionado bajo el cuerpo, sino que sobresale rígido en una posición extraña. En equinos, la elevación y rigidez de la cola, con rigidez simultánea de las orejas y extremidades, son indicaciones de ataque de tétanos. En porcinos, la manera de llevar la cola, es un buen indicador de su estado de salud.
  •  Conformación externa.
El registro de la conformación de un animal se basa en la simetría, en la forma y el tamaño de las diferentes partes del cuerpo, en relación unas con otras, supongamos que hay un animal con gran abdomen en relación con el tórax y los cuartos traseros, observamos inmediatamente que es una anormalidad que indica alteración del individuo y se sospecha la presencia de una enfermedad. Además de las anomalías corporales, es de mucha importancia la conformación de la piel; ello en cuanto a apariencia de la piel, puede ser alteración del pelo, lana, sudación excesiva, presencia de lesiones, prurito, desaparición del brillo, etc.; son síntomas de la presencia de un cuadro de enfermedad. Las anomalías en la conformación externa las observamos por regiones, así por ejemplo, si observamos la cabeza, el abombamiento de la frente revela casos de hidrocefalia congénita; la hinchazón de los maxilares y mandíbulas se presentan en la osteodistrofia fibrosa.

En el cuello, si hay hinchazón, puede ser debido a infección de ganglios y glándulas salivares.

Hipertrofia del escroto, puede ser causa de tumores.

Anomalías en las extremidades pueden ser debidas a tumoraciones, distorsiones de los huesos, articulaciones, tendones, venas tendinosas y bolsas sinoviales. Y así cada aspecto de la conformación externa nos indica el buen o mal funcionamiento interno y la existencia o no de una enfermedad.
  • Mucosas visibles.
La exploración del color de la piel de los animales se sustituye en muchos casos por una cuidadosa inspección de la coloración de las mucosas visibles, debido a que el revestimiento cutáneo puede ser muy grueso, así como la epidermis, puede pasar inadvertidas variaciones en el color, especialmente cuando la piel está pigmentada.

En general se observa:

- Conjuntiva ocular: En los equinos para reconocerla se lleva con prudencia la mano (Técnico) hacia la región frontal del caballo y se desliza hasta el ojo, aplicando los últimos tres dedos encima del arco orbitario, con el pulgar se aplica al centro del parpado superior y se levanta, se sustituye el pulgar por el índice y el pulgar deprime el parpado inferior, aparecen así visibles las mucosas del cartílago clignotante de los parpados. En los bovinos se pone de manifiesto la conjuntiva ocular que cubre la esclerótica mediante la rotación integral de la cabeza deprimiendo el parpado inferior. En otras especies se usan una o ambas manos separando los parpados y presionando suavemente el globo ocular.

- Mucosa nasal: En los equinos se levanta y dirige ligeramente hacia afuera el cartílago nasal con lo que aparece la parte inferior del tabique y el conducto nasal. En las demás especies se levanta la cabeza y se inspecciona la parte más inferior de las fosas nasales que hace visible la porción medial de la fosa nasal y se invierte el pliegue hacia arriba.

- Mucosa bucal: En todas las especies se inspecciona después de separar uno de otro ambos labios o abrir la boca.

- Mucosa del vestíbulo vaginal: En todas las especies se inspecciona después de separar uno de otro ambos labios vulvares.

Refiriéndose al color normal de las mucosas, la conjuntiva es roja o rosada pálida como ligeras variaciones, la esclerótica es gris en bovinos, y no rara vez amarillo parduzca por depósitos de pigmento en los équidos.

La mucosa nasal en équidos y bóvidos es roja, rosada oscura y en los demás animales tiene igual color de la conjuntiva. La mucosa bucal es pálida, y las mucosas labial y gingival pueden ser de matiz amarillento. La mucosa vaginal es rosa pálido con finas vascularizaciones.

Hay variaciones fisiológicas no anormales, como enrojecimiento cuando hay esfuerzo o temperatura alta en la conjuntiva y mucosa bucal, y durante el celo en la yegua; cuando la temperatura externa es muy baja, la mucosa nasal es rojo azulada.

Existen cambios anormales del color de las mucosas que indican enfermedad, la palidez (anemia) se caracteriza por un matiz tan solo débilmente rojizo, y en casos graves, desde blanco gris hasta porcelánico. La coloración amarilla se reconoce con la mayor facilidad en la conjuntiva y la esclerótica, así como en las mucosas de labios y encías puede ser causa de una ictericia. En estados hidrémicos, particularmente en los óvidos, puede observarse copiosa inhibición, desde acuosa hasta vítrea, de la conjuntiva tumefacta (llamado ojo graso), con gran prominencia del cartílago clignotante, hinchado y edematoso.
  • Ganglios linfáticos.
Los ganglios linfáticos junto con los vasos linfáticos forman el sistema retículo-histiocitario, y por ello y por las funciones que cumplen es objeto de estudio importante para indicar el estado general de los animales. Entre sus funciones tenemos:

a.    Función defensiva reactiva.
b.    Función hematopoyética.
c.    Función metabólica.

Sobre todo en los équidos y bóvidos nunca se debe prescindir de la exploración, por lo menos de los ganglios linfáticos superficiales (muermo, tuberculosis). Por medio de la palpación se determinan el tamaño, forma, superficie, consistencia, temperatura, sensibilidad, junto con la movilidad y estado de la piel, siempre teniendo en cuenta que las características de los ganglios linfáticos varían según la especie y según la edad (linfocitosis del animal muy joven, naturaleza linfática general de los bovinos, etc.). En los équidos se palpa los ganglios linfáticos llamados del canal exterior, los ganglios pudendos y los ganglios del pliegue de la babilla. Otros ganglios linfáticos no son palpables en los equinos sanos.

Figura 3. Ubicación de los ganglios linfáticos.

En los bóvidos, los ganglios del canal exterior son más difíciles de palpar, siendo para ello necesario utilizar las dos manos. Además de recorrer los ganglios retrofaríngeos y atlantales, así como el llamado de la “base de la oreja” (Parotideo). Para reconocer estas estructuras es menester aplicar técnicas especiales, basadas generalmente en la palpación con ambas manos en forma simultánea (una a cada lado de la cabeza del animal), con la cabeza algo extendida hacia adelante.

Existe una técnica especial, aplicable fundamentalmente al bovino para permitir un mejor alcance a los ganglios retro o supra faríngeos. Consiste en introducir la mano dentro de la boca del animal, con la palma hacia arriba, de forma de introducirla en la cavidad faringeana, a través de cuya pared se efectúa la palpación de los ganglios, generalmente los ganglios suprafaringeos, parotideo, atlantal, no son palpables desde el exterior cuando se hallan en estado normal. Un ganglio de gran importancia en el bovino es el preescapular. La exploración de los ganglios linfáticos mamarios se efectúa por entre los miembros posteriores separados.

En cabras y ovejas, la exploración se hace de modo análogo, aunque solo se pueden reconocer los ganglios preescapular y precural.

En cerdos, carnívoros y conejos, los ganglios linfáticos sanos no suelen palparse con precisión. Con todo, pueden explorarse los ganglios poplíteos como formaciones blandas, elásticas, lisas. En las aves existen a lo largo del cuello (lateralmente) unos nódulos linfáticos muy pequeños que en determinadas enfermedades pueden hacerse palpables.

En general, las alteraciones en los ganglios linfáticos son tumefacciones y entre ellas observamos:

Tumefacción aguda de los ganglios linfáticos: Es frecuente y sucede a la inflamación aguda cursante de ordinario en procesos infecciosos de las regiones corporales cuya linfa es drenada por el ganglio afectado.

La tumefacción crónica de los ganglios linfáticos: Es consecutiva a procesos de duración muy prolongada, bien sea por naturaleza propia de la alteración o por el mecanismo de equilibrio homeostático animal. Se manifiesta por un engrosamiento indoloro, consistencia firme, dura y hasta tendinosa, superficie a menudo desigual, tuberosa y a veces adherente a las inmediaciones.
  • Termometría-Temperatura. 
En condiciones normales la temperatura se toma en el recto. Si esto se hace imposible, el termómetro podrá introducirse en la vagina. Debe el observador asegurarse de que la columna de mercurio ha sido descendida por medio de movimientos de sacudida; luego habrá de humedecer el bulbo para facilitar la inserción, y si el ano está flácido o el recto lleno de materias fecales, se deberá introducir al mismo tiempo el dedo para extraer heces y estar seguros de que el bulbo del termómetro está en contacto con la mucosa rectal. Como regla general, el termómetro deberá estar aplicado más de dos (2) minutos. La temperatura en las diferentes especies en condiciones ambientales promedio es la siguiente:


Estas cifras indican para cada especie la temperatura media en estado de reposo y el punto crítico, por encima del cual puede hablarse de que la fiebre está presente. Son posibles variaciones fisiológicas diarias de la temperatura del cuerpo, sin que sean indicaciones de enfermedad. También es observable un ligero aumento hasta 0.6 °C durante las fases finales de la gestación, no es raro un descenso brusco pero insignificante de la temperatura de la vaca antes del parto, ni tampoco descensos en la misma antes del celo y la ovulación, pero son en todo caso variaciones de 0.3 °C que no llaman la atención clínicamente. La humedad pronunciada, la temperatura elevada y el grado de ejercicio pueden elevar el calor animal, con desviaciones posibles hasta de 1.6 °C para temperaturas ambientales altas y hasta de 2.5 °C después de un ejercicio intenso. En el caballo, después de una carrera, transcurren a veces hasta dos horas para que se normalice su temperatura. Se llama hipertermia a una simple elevación de la temperatura por encima del punto crítico como ocurre en la insolación. Se conoce como pirexia el estado en que la hipertermia se combina con toxemia como ocurre en muchas enfermedades infecciosas.

La hipotermia, es la temperatura corporal por debajo de lo normal, se presenta en el choque, en el colapso circulatorio (parexia obstétrica), en hipotiroidismo y poco antes de la muerte en muchas enfermedades.
  • Pulso
Deberá tomarse en las arterias coccígeas media o facial en el ganado vacuno, en la facial en los equinos y en la femoral en ovejas y cabras.

La delicada palpación del pulso permite descubrir algunas características respecto a la frecuencia, ritmo, amplitud, tono, presiones máxima y mínima y forma de la onda arterial.  La frecuencia del pulso depende solamente de las contracciones del corazón, sin que se afecte por cambios en el sistema vascular periférico. Las frecuencias normales del pulso en las diferentes especies son:

Caballos: 30 a 40/minutos.
Potro: 70 a 80/minuto.
Ganado vacuno: 60 a 80/minuto.
Novillas jóvenes: 100 a 120/minuto.
Ovejas y cabras: 70 a 90/minuto.

En el cerdo se dice que son 60 a 100 pulsaciones/minuto, deducida por sus movimientos cardiacos, ya que no hay en los cerdos una arteria fácilmente palpable.

Las alteraciones más comunes en la frecuencia cardiaca son: Bradicardia y taquicardia.

El ritmo puede ser regular o irregular; toda irregularidad deberá ser considerada de anormal excepto la llamada arritmia sinusal, irregularidad de la fase coincide con el ciclo respiratorio.

Su importancia se refiere principalmente a que indica presencia de enfermedad miocardíaca.

La amplitud del pulso se determina por la cantidad de esfuerzo que necesitan los dedos para interrumpir la onda pulsátil.
  • Movimientos respiratorios.
Observando atentamente las paredes torácicas y abdominales de los animales, el número de respiraciones puede determinarse contando las que se producen durante medio a un minuto, y son desiguales durante más tiempo. En todos los mamíferos se observa un tipo respiratorio corto abdominal, con visible separación de las paredes torácicas y abdominales; en el movimiento inspiratorio se dirigen las costillas adelante y afuera, y se abultan los cartílagos costales, la región anterior del abdomen y los ijares a causa del rechazamiento hacia atrás de los órganos abdominales, producido por el diafragma. La acción aspiradora determinada por el movimiento consecutivo de los bordes pulmonares produce una depresión superficial que se desliza hacia atrás durante la inspección y desaparece antes de comenzar la inspiración, de ordinario ocurre en los équidos y en perros de pelo corto.

El tipo respiratorio costal (pectoral), es producido por gran disminución de los movimientos visibles de la pared abdominal, traduce una inhibición reflejada de la actividad diafragmática en enfermedades inflamatorias y dolorosas del mismo diafragma, del peritoneo y de los órganos del vientre, y además en caso de obstáculo mecánico el así movimiento del diafragma, por aumento de la presión abdominal.

El tipo respiratorio abdominal, se caracteriza por un predominio notable del movimiento respiratorio de las paredes del vientre, la mayoría de las veces a causa de la disminución refleja de la actividad de los músculos intercostales, en caso de pleuritis, miositis intercostal, pericarditis, fracturas de costillas y parálisis de la mayor parte de los músculos intercostales a causa de mielitis difusa.

El ritmo respiratorio normal, cuando la inspiración y aspiración se suelen suceder con iguales intervalos, aunque la inspiración sucede en un tiempo algo menor.

La determinación del número normal de respiraciones ofrece no rara vez ciertas dificultades, en particular en los animales muy excitables, inquietos, medrosos y situados en medio extraño. Pero en animales dóciles y tranquilos también pueden perturbar la cuenta, la elevada temperatura externa y las molestias causadas por moscas y otros insectos.

Caballos                        10-16/minuto.
Bovino                           10-40/minuto.
Ovinos y Caprinos         12-20/minuto.
Cerdo                             8-18/minuto.
Aves domesticas           12-36/minuto.

Entre los aumentos de la frecuencia respiratoria tenemos la taquipnea y polipnea, y entre las disminuciones de la frecuencia respiratoria tenemos la bradipnea y oligopnea. En estado de reposo la respiración se verifica sin cesar con movimientos tranquilos, paulatinos y poco notorios de las paredes torácicas y abdominales, y con manifestaciones concomitantes poco notables. Se llama disnea o necesidad de aire a toda respiración anormal o disfórica, originada en condiciones patológicas, y que se manifiesta no solamente por las variaciones en el número y tipo de los movimientos respiratorios, sino principalmente por la calidad de estos, manifestándose en forma de disnea inspiratoria, espiratoria o mixta.

Para enjuiciar un tipo de respiración en un paciente es necesario que el clínico se acostumbre a considerar las manifestaciones fisiológicas de la respiración en el estado, en el trabajo, en el descanso, en la preñez avanzada y en días calurosos, para poder establecer comparaciones que lo lleven a realizar afirmaciones practicas. Para trabajos científicos se usa la neumografía, para registrar claramente los movimientos respiratorios.
  • Rumia
Consiste en volver a la boca, en forma de bolos, masa alimenticia de los dos primeros estómagos, tan solo masticados grosera y superficialmente, para ser bien desmenuzados y copiosamente insalivados, remasticados y redeglutidos. Este proceso, absolutamente necesario para la vida de los rumiantes, empieza en los lactantes hacia la tercera semana de la vida, y está en relación muy íntima, no solo con la función de los proventrículos, sino también con el estado de salud y el bienestar del animal.

En la rumia normal, tras una inspección profunda, se interrumpe brevemente la respiración y sigue a ellos, con una ligera elevación de la pared ventral y extensión de la cabeza, una onda el surco yugular izquierdo que se dirige a la boca y se producen los movimientos de masticación.

El tiempo de medida que media entre la ingestión del pienso y el comienzo de la rumia es de 30 minutos a 1 hora y 30 minutos. El número de rumiaciones en 24 horas es de 4-6 veces.

En la rumia displicente, que es el grado mínimo de su trastorno, la masticación ya no se realiza del modo usual y no difiere, solo puede inferirse en la conducta del animal. En la rumia perezosa y lenta se efectúa movimientos masticatorios más raros y menos vigorosos.

Generalmente los trastornos de la rumia están en relación directa del grado de enfermedad de los proventrículos y resulta de un obstáculo puramente mecánico, con frecuencia de una disminución funcional de la musculatura proventricular (Atonía), y así mismo de una eficacia traumática, la rumia es inhibida de modo reflejo desde la cubierta serosa irritada, es decir, mecánicamente por exudados fibrosos y, en casos más crónicos, por adherencia. Otras enfermedades con trastornos de la rumia son las febriles, las dolorosas generales u otras orgánicas, los estados de agotamiento y las encefalopatías.
  • Defecación 
La defecación se verifica por una contracción progresiva en sentido anal, de la musculatura lisa del recto, al mismo tiempo que se relajan los esfínteres internos y externos, entra en acción la prensa abdominal y se producen determinados movimientos y actitudes del cuerpo, expulsando las heces al exterior. La defecación difícil se manifiesta por una acción extraordinariamente prolongada y enérgica de la prensa abdominal, con gran convexidad de dorso, por ejemplo en la constipación grave y de larga duración y en la estrechez del recto. Se llama tenesmo anal o rectal a los esfuerzos rectales frecuentes, dolorosos y violentos, con salida de heces o sin ella; en équidos y bóvidos, a menudo con gemidos prolongados o quejidos particulares. Entre los rumiantes la rabia causa tenesmo. La defecación dolorosa en los équidos y rumiantes, estos agitan la cola, van de un lado a otro y mirando angustiosamente cuando la defecación es difícil como en el tenesmo, cólicos, gastritis traumáticas y peritonitis. La defecación involuntaria acontece sin que los animales adopten las actitudes normales, cualquier posición y sin preparación alguna. Esta en relación causal con lesiones de la médula espinal (sacra), en la cual también dejan de intervenir, a veces los centros simpáticos y parasimpáticos que no reciben los estímulos de los centros superiores. La defecación involuntaria se produce también en el miedo y el terror. La relajación del ano por violenta irritación del recto debe su origen a una relajación refleja del esfínter anal. La defecación retardada hasta retención total se observa en la constipación, oclusión y distrofia intestinales y en la grave trombosis de la arteria mesentérica. Tras diarreas prolongadas existe retención fecal transitoria hasta que se vuelve a llenar el intestino suficientemente. La defecación frecuente con explosión del contenido entérico blando, claro, líquido y alguna veces fétido, se conoce con el nombre de diarrea. La diarrea se presenta como síntoma en diversas enfermedades: Parasitarias, paratuberculosis, tuberculosis intestinal, insuficiencia pancreática, inflamación especifica del tubo intestinal. La emisión de gases se observa de cuando en cuando en cantidades moderadas en caballos, bovinos, y cerdos; aumenta morbosamente en casos de alimentación meteorizante, meteorismo, algunas formas de catarro intestinal y enteritis. La falta de salida de gases a pesar de hacer meteorismo intestinal, hace sospechar oclusión del intestino, su reaparición es un signo favorable.
  • Micción 
Es la expulsión de orina al exterior y consiste en un proceso reflejo provocado por una excitación mecánica (distensión) y en parte química, producida en el plexo nervioso autónomo intramural, situada en la pared vesical, cuya función, a causa de la diferenciación del sistema nervioso simpático y parasimpático y muy especialmente del central, es ayudada, reforzada y dirigida por el centro vésico-espinal situado en la medula lumbrosacra.  La micción de las diversas especies animales ofrece particularidades que son conocidas por experiencia propia. Las aves evacuan su orina espesa junto con las heces. La micción difícil ó disuria, se caracteriza por esfuerzos visibles y prolongados, con enérgica intervención de la prensa abdominal, todo lo cual produce la salida de gotas o un delgado chorro de orina.

La micción dolorosa se manifiesta por gemidos, quejidos, mullidos, chillidos, desasosiego, sudoración, agitación de la cola y patadas al suelo y el vientre, ocurre en peritonitis, enfermedades dolorosas de la vejiga.

El tenesmo vesical es un esfuerzo contante y doloroso para la emisión de la orina, se ve del modo más elocuente en cistitis y peritonitis aguda, pero así mismo en la irritación de la mucosa uretral por arenillas y cálculos urinarios, en la irritación del tejido y de la mucosa vaginal en las yeguas en celo, ya que en ella se observa tenesmo. En cuanto a la frecuencia de la micción, en équidos y bóvidos de 5 a 7 veces en 24 horas; los cerdos, ovejas y cabras de 2 a 4 veces. La micción anómalamente frecuente (polaquiuria), se observa en los estados irritativos del sistema urogenital y en la rabia entre otras. La oligoquisuria, se observa después de sudores copiosos, diarrea profunda, en la disminución de la sed, en los trastornos de la deglución y cuanto está determinada y disminuida la formación de orina por enfermedades renales. La iscuria, es la falta persistente de la micción, a pesar de hallarse llena la vejiga. La incontinencia de la orina es la emisión de la misma sin la actitud usual, ni los movimientos concomitantes, la orina sale constantemente, a gotas o en cantidades mínimas, u otras veces en cantidades excesivas y a chorros.
  • Eructo
Es la expulsión reflejada de gases del estomago por la boca y las narices, con un ruido particular y la colaboración de una contracción del estomago, y de la prensa abdominal. En los rumiantes el eructo es un proceso necesario para la conservación de la vida, pues permite la evacuación de los gases formados en abundancia por fermentación de los dos primeros estómagos, se verifica en todo tiempo, pero lo más a menudo durante la rumia y la presión del pienso, y también, por lo general, durante y después de la actividad de la prensa abdominal.

Vacas: 9-11/hora.
Ovejas y cabras: 9-10/hora.

Los gases son de mal olor cuando han permanecido durante largo tiempo en el estomago. En los demás animales el eructo es morboso siempre y revela fermentación anómala del contenido estomacal en el catarro y en la dilatación del estomago. Es muy significativo sobre todo en el caballo, en el que revela casi siempre dilatación aguda del estomago, y con frecuencia sobrevive durante la exploración, ya sea por sí mismo, y de modo artificial, mediante amansamiento. En el caballo con disnea grave (pleuritis) se oye un eructo ruidoso.
  • Vomito
Es la evacuación del contenido gástrico por la boca o por las narices, con sensación de nausea provocada.

Parte de modo reflejo y parte por exaltación central del centro del vomito. La facilidad para vomitar varía sobre todo según la especie animal, pero también según el individuo.

Es mayor en los carnívoros, en el cerdo y en las aves; en cambio, los rumiantes vomitan mucho mas difícilmente, y los équidos con la máxima dificultad.

El vomito se manifiesta tras cierto desasosiego, con movimientos de la lengua, degluciones y salivación, los cerdos extienden la cabeza, la acercan al suelo y tras algunos movimientos de bomba impelente del diafragma y de los músculos abdominales, evacuan contenido gástrico por la boca muy abierta. Los rumiantes se apartan del pesebre, ponen los miembros posteriores debajo del vientre, alargan la cabeza y el cuello y evacuan de modo paroxísmico grandes cantidades, hasta 10 litros. Los équidos generalmente hacen esfuerzos mayores, acercan la cabeza al pecho, suelen también bajar el cuello, contraen espasmódicamente los músculos abdominales y expulsan el contenido gástrico por los ollares. El vomito morboso puede ser debido a gastropatía en primer lugar, a la sobrecarga del estomago, sobre todo en los cerdos; no muy rara vez en bovinos y équidos, y además a catarros e inflamaciones de la mucosa gástrica, vermes gástricos, materias alimenticias irritantes.

Son causas de vomito la oclusión intestinal, en padecimientos del peritoneo, en excitación de la mucosa faríngea, en enfermedades esofágicas y en las del encéfalo.

El pronóstico peor del vomito se debe hacer en los équidos, en los que suele presentar tras enfermedades que amenazan la vida; puede originarse la rotura del estómago y no rara vez puede motivar una neumonía por deglución desviada.

Como se expreso al comienzo, existen otros muchos factores que nos indican el estado general de un animal y ayudan a diagnosticar presencia o no de enfermedades, pero se consideran las más importantes las antes citadas, además hay que aclarar que se han tocado aspectos muy generales. En caso de querer profundizar sobre estos y otros aspectos se puede consultar literatura sobre semiología, clínica, patología, etc.