El
alto costo de los insumos trajo como consecuencia limitaciones en la fundación
y utilización de grandes áreas de pasturas introducidas. Por esta problemática
de costos, se hizo necesaria la búsqueda de otras vías que contemplan la
manipulación de la actividad ruminal, manejo de las pasturas naturales, el uso
de las leguminosas forrajeras, tratamiento de los recursos fibrosos para
mejorar su digestibilidad y la utilización de subproductos agrícolas y cultivos
locales, en suplementación estratégica.
Entre
las varias técnicas para mejorar la dieta basal, se tiene la fertilización de
los pastos, método muy usado en épocas pasadas por el bajo costo de los
diferentes tipos de abonos elaborados en el mercado nacional e internacional,
resultando hoy en día imposible usar estos insumos indiscriminadamente. Uno de
los pocos fertilizantes que se están usando en la actualidad para pasturas, es
la roca fosfórica nacional (fosforita) de bajo costo y buenos resultados sobre
todo en zonas de suelos ácidos.
Una
alternativa a la crisis presente, la tenemos en los variados recursos
alimenticios que posee el medio tropical, y que actualmente son subutilizados
(Cuadro 1).
De
origen animal se utilizan los subproductos derivados de los mataderos
industriales como las plumas, huesos, sangre, y de las granjas avícolas y
porcinas (cama y heces). Según el valor nutritivo de cada subproducto se
formula raciones, combinándolos según las necesidades.
Cuadro 1.
Componentes (%) de algunas materias primas locales.
Subproductos de cosecha.
En
épocas críticas, como dieta base son usados los subproductos de las frutas. Los
más comunes son las socas de cereales: sorgo, arroz y maíz (usadas en pie o en
pacas) éstos, cuando son empacados se puede mejorar su digestibilidad y calidad
mediante la amonificación con urea. Otros subproductos son los follajes de
cosechas como el de yuca y frijol, con alto contenido en proteína. Cuando se
utilizan, como estrategia alimenticia debe suministrarse paralelamente sales y
minerales.
Figura
1.
Rollo de soca con granos de sorgo.
Cultivos asociados
(gramíneas-leguminosas).
Los
cultivos asociados son una alternativa para el mejoramiento de suelos y una práctica
para proporcionar al animal energía y proteína. Una de las más usadas es la
asociación de maíz-frijol; también gramíneas forrajeras con leguminosas
forrajera. Este método de asociación disminuye los costos en la fundación de
potreros de gramíneas, y en algunos casos hay un efecto beneficioso de la
leguminosa sobre la gramínea. Como ejemplos constituyen Brachiaria con frijol,
Brachiaria con maíz, Cynodon con Leucaena.
Figura
2.
Cultivo asociado de Riticale + Haboncillo.
Bancos de leguminosas.
Son
siembras de leguminosas rastreras, herbáceas o arbustivas, estratégicamente
ubicadas en los potreros de gramíneas naturales o cultivadas. Deben ser
delimitados con cercas para hacer un uso racional de los mismos. En el
establecimiento de los bancos de leguminosas hay que considerar las condiciones
de suelo, clima y las prácticas de manejo agronómico adecuadas, así como
también el manejo del pastoreo con animales, a fin de hacer eficiente su uso y
garantizar su permanencia. Tienen la desventaja que algunas especies en ciertas
condiciones y épocas del año, no tienen la biomasa aérea, suficiente para
cubrir la demanda animal.
Figura
3.
Bovino consumiendo del banco de leguminosa Cratylia
argentea.
Bloque multinutricional.
Se
ha denominado bloque multinacional a un material alimenticio balanceado,
sólido, que provee constante y lentamente al animal nitrógeno, proteína sobre
pasante, energía, y minerales (Instituto de Ciencia Animal, 1990). McDowell et al. (1974), lo define como un
alimento comprimido en una masa solida con suficiente cohesividad para mantener
su forma.
Estos
bloques pueden ser elaborados con una tecnología económica, artesanal o
semiartesanal, con variados subproductos locales, que se puede adaptar a las
condiciones de grandes, medianos y pequeños productores. Estos bloques
proporcionan al animal el nitrógeno fermentable (amoníaco), en forma lenta y
constante, mejorando notablemente el ecosistema ruminal, y el crecimiento
microbiano en el rumen. Proporcionan una forma segura de suministrar urea a los
rumiantes sin riesgo a intoxicación, además al presentarse en forma solida se
facilita el transporte, manipulación, almacenamiento y suministro a los
animales; se les puede incorporar nutrimentos no solubles como ciertos
minerales y compuestos proteicos. La naturaleza solida, exige que el animal
tenga que lamer el bloque, lo que asegura que el consumo sea lento durante el día
(Herrera et al., 1994; Herrera et al., 1995).
Figura
4.
Presentación de diferentes tamaños de bloques multinutricionales.
Bibliografía
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B.; Herrera, P. y D. Mata. 1996. Bloques multinutricionales como estrategia
para la utilización de recursos alimenticios locales alternativos para
rumiantes. En: 1er Ciclo de Conferencias y 1er Curso
Nacional Utilización de Recursos Alimenticios Alternativos para Rumiantes en el
Trópico. San Juan de los Morros, 15 al 23 de julio de 1996. pp. 229-282.
Birbe,
B.; Herrera, P.; Mata, D y N. Martínez. 2000. Alternativas para el mejoramiento
y complementación de la dieta basal (pasto) ofrecida a los rumiantes. En:
Establecimiento, manejo y recuperación de pasturas en sabanas bien drenadas.
Rev. FONAIAP (Publicación Especial N° 38) Centro de Investigaciones
Agropecuarias del Estado Anzoátegui, Venezuela. pp. 129-131.
Combellas,
J. 1986. Alimentación de vacas lecheras en el trópico. Editorial Lunaprint.
Maracay, Venezuela. 160 p.
Herrera,
P.; Birbe, B.; Martínez, N. y D. Mata. 1994. Efecto de la suplementación
postparto sobre parámetros productivos y reproductivos en vacas de doble
propósito. VIII Congreso Venezolano de Zootecnia. Universidad Rómulo Gallegos.
San Juan de Los Morros, Estado Guárico. Noviembre 1994. R004.
Herrera,
P.; Birbe, B. y N. Martínez. 1995. Suplementación estratégica con bloques
multinutricionales. En: D. Plasse, N. Peña de Borsotti y J. Arango (Eds.). XI
Cursillo sobre Bovinos de Carne. Universidad Central de Venezuela, Facultad de
Ciencias Veterinarias, Maracay, Venezuela. pp. 129-159.
Instituto
de Ciencia Animal (ICA). 1990. Bloques multinutricionales para la alimentación
animal. En: Tecnologías para la ganadería vacuna. La Habana, Cuba. pp. 81-82.
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