El
éxito de un programa de inseminación artificial se mide a través de la
eficiencia reproductiva del rebaño inseminado.
El
cálculo de los parámetros reproductivos como porcentaje de preñez (del rebaño,
por toro, por práctico inseminador, por número de servicios), el número de
servicios por concepción, el porcentaje de vacas detectadas en celo y el
porcentaje de vacas servidas, entre otros, le proporcionan al Médico Veterinario herramientas suficientes
para decidir si un programa de servicios ha sido satisfactorio o no.
Idealmente,
se esperaría que el 100% de las vacas queden preñadas. Esto significa que todas
las vacas fueron detectadas en celo e inseminadas en el momento óptimo, que la
técnica de inseminación fue adecuada en todos los casos y que el semen
utilizado tenía una fertilidad del 100%.
Sin
embargo, ninguna de las variables mencionadas funciona al 100% en ninguna
finca. Es por ello que nunca se alcanza al 100% de preñez.
Para
comprender mejor los factores que determinan el porcentaje de preñez de un
rebaño, se ha establecido la ecuación de la reproducción, la cual toma en
consideración los principales aspectos que inciden sobre dicho porcentaje.
La
ecuación de la reproducción es la siguiente:
Porcentaje
de Prenez (PP)
Fertilidad
de la Vaca (FV)
Eficiencia
en Detección de Celo (EDC)
Eficiencia
del Inseminador (EI)
Fertilidad
del Semen (FS)
Veamos
el siguiente ejemplo:
Si
tenemos un rebaño de vacas en inseminación con 90% de fertilidad, 90% de
eficiencia en la detección de celos, un práctico inseminador con 90% de
efectividad y usamos semen con 90% de fertilidad, veamos que ocurre con el
porcentaje de preñez.
Nótese
que a medida que disminuye la eficiencia en cada una de las variables,
disminuirá la eficiencia reproductiva. En el ejemplo anterior, cada una de las
variables tiene un valor de 90%. Si esos valores disminuyen a 80%, el
porcentaje de preñez será 41%.
Todas
las variables de la ecuación de la reproducción pueden ser manejadas, para
llevarlas al punto óptimo. El manejo alimenticio y sanitario de las vacas
garantiza una alta proporción de vacas fértiles. Una cuidadosa detección de
celos con ayudas de buena calidad, nos lleva a una alta eficiencia en la
detección. Si el práctico inseminador está bien entrenado y tiene una rutina de
trabajo bien establecida, su efectividad será alta. La adquisición de semen de
buena calidad y su manejo adecuado nos proporcionará un semen de alta
fertilidad.
Sí Ud.
se fija bien, 3 de estos 4 aspectos dependen directa o indirectamente del
práctico inseminador, y solo uno depende de las vacas y del manejo que se les
dé. Es por ello que decimos que el éxito o fracaso de un programa de
inseminación artificial depende, en gran medida, de la responsabilidad,
conocimientos y habilidad del práctico inseminador.
Bibliografía
Guía
de Estudio de Inseminación Artificial en Bovinos Práctico - Teórico del Prof.
Alejandro Correa M. de la Universidad de Oriente, Escuela de Zootecnia,
Departamento de Biología y Sanidad Animal, Núcleo Monagas, Venezuela.
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