La selección de hembras de
reemplazo, o sea aquellas que entrarán a formar parte del rebaño y que se
quedarán en la finca produciendo leche y carne, debe comenzarse lo más pronto
posible.
Esta decisión es
responsabilidad del propietario, quien debe asesorarse con profesionales o
grupos técnicos, quienes deben tomar en consideración los siguientes aspectos
para realizar la tarea de selección:
a) Hacia dónde va la finca.
Deben estar claros y fijos los objetivos y metas, a corto, mediano y largo
plazo, sobre el sistema de producción que se va a desarrollar: en leche-venta o
producción de queso, en carne-venta o ceba y acabado de los animales
producidos.
b) Si se ha de aumentar el
número de vacas o vientre dentro de la finca. Estos dos criterios dependerán
del tamaño de la finca y de la adecuada disponibilidad del recurso forrajero,
que garantice una eficiente capacidad de carga animal; esto es, sin que se
sobrepastoree en los potreros y sin que los animales se subalimenten.
c) Cuántas y cuáles hembras
ingresarán al rebaño y qué tipo de alimentación y manejo se les dará, hasta que
se le asignen toros por primera vez o entren a la estación de monta.
Selección
al destete: La época de destete es la primera y mejor
oportunidad para seleccionar las hembras de reemplazo. A esta edad se puede evaluar la habilidad y
el rendimiento de la becerra y de sus padres. El crecimiento hasta el destete
está relacionado con la edad y peso al primer servicio y con la eficacia
reproductiva durante su vida útil. Una vez seleccionadas, separadas y
clasificadas de acuerdo a su edad y habilidad productiva de sus madres, estos
reemplazos deben mantenerse bajo un sistema de alimentación constante en las
mejores pasturas, con suplementación mineral y energética en las épocas críticas,
y hasta que alcancen un peso de 270-300 kilos a la edad de 24-30 meses.
Selección
al momento de entrar en servicio: Las novillas de 24-30 meses
de edad y con peso de 300 o más kilos, hijas de vacas buenas productoras y de
toros genéticamente superiores, deben clasificarse y agruparse por sus
características raciales e iniciarse el primer empadre. Si se ha establecido
una estación de monta, debe comenzarse el empadre uno o dos meses antes del
verdadero inicio de la temporada de servicio normal, esto para dar mayor número
de oportunidades de lograr la primera preñez.
Selección
de vacas: Las vacas y las novillas de primer parto que produzcan
becerros sanos y fuertes con buenos pesos al nacer, y que manifiesten excelente
habilidad materna, mediante el cuido del becerro y producción de leche,
permanecerán en el rebaño de cría durante toda su vida útil.
Descarte
de vacas y novillas: La eliminación o descarte de vacas y
novillas debe hacerse respetando los aspectos de selección y programación
seleccionados por el ganadero y sus asesores técnicos. Deberán eliminarse del
rebaño todas las hembras que aborten, las positivas a brucelosis, las que dejen
morir el becerro recién nacido, por no producir leche o por no amamantarlos
(mala habilidad materna). También deben ser vendidas todas las que no paran en
un periodo de dos años consecutivos o de tres años alternos; todas las que
desteten becerros débiles y con bajos pesos durante dos o más años, y las vacas
viejas que no paran o críen su becerro.
Bibliografía
Sabino R, Luis R. Paquete
tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 29-30.
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