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miércoles, 28 de junio de 2017

Practicas zootécnicas.

Están compuestas por todas aquellas actividades programadas y realizadas sobre el rebaño, o sobre grupos de animales en particular, y van dirigidas única y exclusivamente a lograr sobre estos grupos una mayor y mejor organización y manejo. Estas actividades ayudan a tener un control permanente sobre las fincas, y facilitan la implementación y toma de datos para el sistema o método de registro llevado.

Las prácticas zootécnicas más importantes de una explotación nacional promedio serán:

Identificación del rebaño. Toda finca debe llevar un sistema de numeración con hierro caliente que identifique cada uno de los animales, y que debe estar compuesto por:

Un primer número que indique el año de nacimiento y una serie de tres dígitos que indiquen la secuencia del rebaño. Las fincas que por primera vez la implanten, pueden calcular la edad de las vacas por la tabla dentaria y luego aplicaran los números en forma secuencial. Ejemplo: al número 1.001 corresponderá el primer animal nacido el año 1991.

Lo razonable es que, a cada becerro nacido en el momento de cura de ombligo e ingestión de calostro, se le tatúe con tinta el número que le corresponda en la cara interna de la oreja derecha. Algunos productores asignan los números impares a machos y los pares a hembras, o simplemente, los machos se numeran solamente con el número del año y las hembras con toda la numeración.

Un sistema de herraje práctico que registre la vida reproductiva de cada vaca en el rebaño, consiste en marcar cada año el resultado del diagnóstico de preñez o el parto de un becerro.

Cuando esté vacía o sin becerro durante un año se marcará con una X; cuando esté preñada o lactando, se marcará con el número del año.

Ejemplo:
X90XX3 = vacía los años 88, 91 y 92, preñada los años 89, 90 y 93.

Un buen sistema numérico, llevado en forma continua y sin interrupciones, ayuda a los inventarios generales y parciales cuando se trabaja con animales en corral, notándose las faltas, pérdidas y desapariciones por abigeato.

Sub-división del rebaño. Dentro de una explotación bovina deben formarse grupos de animales de acuerdo con sus edades, estado fisiológico, actividad productiva y condición corporal. La formación de grupos de acuerdo a estas categorías facilitarán el manejo y uso de los recursos alimentarios de la finca.

Deben estar formados por lo menos por las siguientes categorías de animales: becerros, mautas y novillas, vacas lactantes, vacas en ordeño, vacas secas (primeros dos tercios y último tercio de gestación), novillos, mautes y toros (cuando se usa temporada de servicio). En algunos casos pueden formarse, dentro de una época, determinados subgrupos que facilita aún más el manejo.

Estos grupos y subgrupos y el número de animales dentro de cada uno de ellos serán indicativos del número y tamaño de los potreros necesarios en la finca.

Registros e inventario general. Dentro de las prácticas zootécnicas llevadas por una explotación, los registros de índices productivos y los registros de gestación administrativa son fundamentales para la evaluación animal y operativa de la finca.

Hecho un sistema de numeración sobre un rebaño y no utilizarlo con la aplicación de registros continuos y permanentes, y con inventarios generales y periódicos, es impedir a una explotación pecuaria la consideración empresarial moderna que requiere actualmente este tipo de actividades.

El inventario hecho sobre todos los semovientes y demás recursos, al menos en forma parcial, 1, 2 o 3 veces al año cuando se realizan agrupaciones de animales por tratamientos, y una vez al año con todo el rebaño, ayuda en la reorientación de los objetivos y metas programadas, facilita la selección y orienta las nuevas inversiones en la finca.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 31-32.

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