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miércoles, 16 de abril de 2014

Los minerales en la reproducción bovina.

Figura 1. Suplementación nutricional al rebaño bovino.

La ganadería bovina depende fundamentalmente, de la utilización de los forrajes para obtener nutrientes requeridos para mantenimiento, producción y reproducción.

Por otro lado, en el ambiente tropical existen limitaciones climáticas y de insuficiencia de elementos minerales en el suelo que imponen severas restricciones nutricionales a los pastos.
 
Esto determina, en la gran mayoría de los casos, un pobre suministro de biomasa forrajera asociado a un escaso suministro de minerales lo que produce una deficiente respuesta animal, y como consecuencia, la presencia de sistemas reproductivos deficientes. Obteniéndose como resultado una tasa de concepción no mayor a 45%, el porcentaje de abortos puede llegar a ser superior al 10% mientras que la edad y peso al primer servicio y parto están muy por debajo de valores considerados eficientes para mantener una ganadería productiva.

Todo por consecuencia de las insuficientes cantidades de minerales en el suelo, afectando a los forrajes de dos maneras. La primera es la reducción de las concentraciones de los elementos minerales en sus tejidos vegetales, siendo de esta manera deficientes en su valor nutricional para el ganado y el bajo crecimiento de la planta. 

Las condiciones de oferta limitada de pastos y por lo tanto de nutrientes son severas durante la época de verano. Sin embargo, durante la época de lluvias hay la abundancia de forraje, el rápido crecimiento de los pastos va asociado con una veloz disminución de la digestibilidad de los forrajes. La oferta de nutrientes sigue un patrón cíclico estacionario dependiente de la disponibilidad de agua y de la biomasa forrajera; tomando en cuenta la deficiencia mineral generalizada e independiente de la variación de la oferta forrajera.

Por lo que el contenido mineral de las pasturas representa una limitación muy importante en los sistemas de producción de bovinos. El tipo de suelo, la deficiencia de las practicas de fertilización, la utilización de suplementos minerales de baja calidad y los aumentos de los requerimientos minerales en los animales determinan, en muchas explotaciones ganaderas, deficiencias crónicas de minerales en los programas de alimentación. Bajo éstas circunstancias los animales presentan desde pobres índices productivos y reproductivos hasta la aparición de síntomas de enfermedades hasta alta mortalidad.

También es necesario indicar que muchas veces el aporte adecuado de yodo, selenio y cobalto en el suelo para el óptimo crecimiento vegetal es insuficiente para completar los requerimientos de los animales.

Cuando la limitación nutricional es especialmente de minerales, debido a la presencia de forrajes de baja calidad o a la ausencia de forrajes durante el periodo seco, se presentan una serie de alteraciones funcionales que conducen a la presencia de situaciones de infertilidad.

De tal manera que la forma más práctica de garantizar un comportamiento reproductivo adecuado de las hembras reproductoras es garantizarles una suplementación mineral adecuada.

Por otro lado, si el pasto es de buena calidad nutricional no se necesita invertir en grandes cantidades de minerales. Sin embargo, si el forraje no es de buena calidad es obligatorio utilizar un suplemento mineral de buena calidad en todo el rebaño durante todo el año.

Bibliografía.

GARMENDIA, J. 2000. Los minerales en la reproducción bovina. En: X Congreso Venezolano de Zootecnia. UNELLEZ-Guanare, Venezuela. pp.177-178.

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