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jueves, 29 de junio de 2017

Gestión administrativa.

La administración de las fincas puede ser definida como la medida y registro en forma sistemática de:

a) Todos los recursos de capital existentes en una finca.
b) Todas las operaciones o transacciones que tengan consecuencias financieras (ingresos, egresos o costos y beneficios).

La gestión administrativa provee al productor de la base indispensable para el buen manejo de la finca, ayudando a obtener y a mantener el más eficiente uso de los recursos disponibles.

Conocer la estructura del capital invertido en una explotación bovina, y que lógicamente estará formado por:

a) Capital fundiario, constituido por el valor de la tierra y el valor de las mejoras introducidas.
b) Capital de explotación, formado por el capital fijo, que a su vez puede ser vivo (semovientes, animales) y especies (maquinarias, equipos, vehículos), y por el capital circulante, constituido por todos los gastos operacionales de insumos, servicios y mano de obra.

Una de las formas de realizar una buena gestión administrativa, es comparando los índices económicos locales o regionales que puedan generarse en un tipo específico de explotación bovina. Comparaciones entre las diferentes composiciones de los capitales fundiarios y de explotación, darán una idea del valor de la finca, de su nivel de actividades y de lo que de esta explotación se puede esperar.

Para hacer estas comparaciones es necesario la utilización de un libro diario de información administrativa, o en su defecto, registrar todos los movimientos (ingresos, egresos, inversiones no previstas, etc.), conservando siempre el respectivo comprobante.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 37-38.

Sistemas de registro.

Registros de control de información.
Registro de campo.
Registros de producción.
Registros especiales.

Inventarios o encuestas complementarias. Estos últimos son registro de actualización periódica o anual, que recogen toda la información de la finca durante un momento dado o al final de un año de gestión.

Registros de control de información de campo.

a) Registro de campo N° 1. Está constituido por un mapa de la región donde se encuentra la finca. Debe ser a escala amplia, que detalle las vías de penetración rural y el acceso a las fuentes de mercado.

b) Registro de campo N° 2. Está constituido por un plano detallado de la finca o explotación. Éste debe incluir: área total, divisiones internas, número de potreros, instalaciones, vías internas, fuentes de agua, saladeros, bloques y sombras.

Este registro debe ser actualizado anualmente para constatar nuevas mejoras hechas en la finca (divisiones de potreros, introducción de pastos cultivados, etc.).

c) Registro de campo N° 3. Constituye un inventario de actualización mensual de los recursos forrajeros naturales, o introducidos, que existen en cada uno de los potreros.

Evalúa las especies y el porcentaje de malezas existentes en cada potrero, y el rendimiento del recurso forrajero, y determina la capacidad de sustentación por hectárea de cada potrero. Se actualiza mensualmente.

Medidas sobre el manejo de los potreros y sobre la implementación del registro de campo N° 4, en relación al tiempo y a la carga animal a utilizarse, deben salir del análisis de este registro.

d) Registro de campo N° 4. Está constituido por el inventario de animales por potero, y diversifica la categoría de animales en cada potero.

Se actualiza mensualmente o de acuerdo a la movilidad de animales, y al uso y rotación de un potrero a otro en cada época del año (invierno, verano).

e) Registro de campo N° 5. Está constituido por el inventario y movimiento de animales (existencia, compras, ventas). Recoge información por categoría animal, de la dinámica existente en la finca (capitalización, descapitalización). Debe actualizarse periódicamente, de acuerdo al dinamismo utilizado por cada productor, preferiblemente en forma mensual.

f) Registros de trabajo en corral. Se realizan conjuntamente con las prácticas usuales de: vacunaciones, pesaje, revisiones ginecológicas y actividades sanitarias u otras de interés. Se deben recoger los datos sobre edad, categoría, peso, estado reproductivo, condición, producción de leche, ganancia de peso, etc.

Estos registros de trabajo en corral son efectuados cuando se realizan actividades de grupos de animales.

Todo este registro de información de campo debe ser mantenido en archivo o en fichas individuales, y preferiblemente por duplicado. Debe ser manejada y actualizada por el productor, siendo de su responsabilidad comunicarla en caso de toma de decisiones con técnicos.

Registros de control de producción.

a) Registro de control de producción N° 1. Nacimientos: Registra los nacimientos, fecha, madre, sexo, fecha de aborto, fecha y peso de destete de los becerros.

b) Registro de control de producción N° 2. Muertes: Registra las muertes por categoría y por causas.

c) Registro de control de producción N° 3. Ventas y transferencias: Registra la entrada o salida de animales y el valor de éstos (carne).

e) Registro de control de producción N° 4. Estrada y salida de insumos: Registra la frecuencia de uso y el valor de adquisición de los principales insumos comprados en la finca (medicinas, materiales, etc.).

d) Registro de control de producción N° 5. Producción láctea (ordeño): Registra la producción diaria de leche o de queso.

Estos registros serán de actualización permanente. Es por eso que debe llevarlos el productor o el mayordomo de la finca, y serán revisados y analizada la información contenida en ellos, por lo menos una o dos veces al mes.

Registros especiales.
Estos incluyen los registros individuales de cada vaca hasta los registros de actividades, tales como: tratamiento sanitario y resultados de laboratorios sobre muestras de animales, muestras de suelos y muestras de pastos, realizados en un momento dado.

Inventarios o encuestas complementarias.

Inventario N° 1. Constituye la fase de inicio del sistema de registro y provee la información global o inventario general, recoge información sobre:
  1. Datos generales (propietarios, extensión, número y tamaño de potrero, pastos, rendimiento de materia seca, etc.).
  2. Infraestructura y equipos (construcciones, maquinarias).
  3. Mano de obra.
  4. Movimiento de animales (inventarios, compras, ventas).
  5. Prácticas de manejo existentes (tipos de pastoreo, días de uso y de descanso del potrero, tipo de animal pastoreado). 
Inventario N° 2. Esta encuesta complementa la número 1, y se refiere a la misma información, pero en forma más detallada. Es de gran utilidad para el conocimiento de los diferentes tipos de gastos (fijos y variables), que ocurren dentro de la explotación.

Se actualiza cada 6 meses.

Esta información, al igual que toda la originada por los registros de campo, debe ser asentada en la ficha individual o carpeta individual de la finca.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 36-37.

miércoles, 28 de junio de 2017

Registro y control administrativo.

La organización y metodologías a aplicarse en una explotación agropecuaria, en fincas productoras de leche y carne, depende básicamente del control utilizado en la recolección diaria de la información necesaria para poder elaborar y poner en práctica el programa tecnológico que cada caso en particular requiera, con el fin de incrementar los índices productivos (productividad). Son indispensables el control de la existencia de animales, condición y estado fisiológico de las hembras, condición de los recursos alimentarios (potreros), y los costos de producción e ingresos.

Para este control organizado de cada finca es necesaria la implementación de sistemas o tipos de registros.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. p. 36.

Orientación de la producción.

Consiste en determinar adonde quiere llegar el productor agropecuario y qué grado de aceptación tecnológica está dispuesto a aceptar y a poner en práctica para lograr este propósito.

Si logramos hacer entender al productor, que utilizando el uso de su tierra, de sus animales y potreros, de su infraestructura, de su recurso humano y de su capital disponible, llegará a establecer un nivel de producción económico y rentable, tras épocas y año tras año. Debemos decir al productor, que sus metas y propósitos se pueden lograr haciendo uso eficiente de los recursos que posee, sin necesidad de hacer grandes inversiones o modificaciones de las que ya tiene, logrando así una unidad de producción eficiente para él y para el país.

La obtención de una vaca productora de 5-8 litros de leche en lactancia de 240-280 días, o la producción de 40-60 kilos de carne por hectárea en densidades de 3 a 6 hectáreas por unidad animal, o el logro de índices de natalidad de 60 a 70%, no son metas imposibles cuando se manejan los recursos alimentarios, físicos y económicos siguiendo criterios basados en la necesidad que tiene el estado fisiológico, o productivo, de un animal en un periodo o momento determinado.

Selección de hembras y machos. Al orientar una unidad animal y fijarse metas productivas mejores, es necesario la compra de novillas y toros que tengan la fuente genética de mejoramiento que nos hemos propuesto.

Recordaremos en este punto las necesidades complementarias para alcanzar la calidad de los recursos alimentarios (pastos introducidos, tamaño y número de potreros), de los recursos físicos (corrales e instalaciones) y recurso humano (mano de obra especializada y tecnológica). Usualmente, nuestros ganaderos incrementan y cuidan el rebaño sin tomar en cuenta los diferentes recursos que se necesitan para manejar un animal mejorado. Lógicamente, al mejorar a un animal lo hacemos más productivo y por lo tanto más exigente y delicado.

La desatención y el crecimiento desordenado del rebaño, sin programación ni estabilización, repercute negativamente creando problemas nutricionales o metabólicos, que lo predisponen a bajas productivas, enfermedades y a muerte en muchos casos.

Estabilización del rebaño. Estabilizar un rebaño es estar consciente del máximo número de animales que pueden existir en una finca, con un recurso alimentario y económico disponible. En nuestras fincas, el 70% del componente del rebaño son animales hembras, que en un momento dado comienza a producir, creándose así una sobrepoblación que compite por subsistir.

Lógicamente llegará un momento que esta superpoblación origine problemas de mortalidad, o de enfermedades en el mejor de los casos.

Es recomendable sostener un número fijo de animales, e ir mejorándolos con la selección y eliminación de los menos productivos.

Mejoras y bienhechurías. Están referidas a todas aquellas actividades dirigidas a incrementar la productividad de las finca (mejoras), y a aquellas que faciliten el manejo del hombre (bienhechurías) y que necesariamente requieren de la inversión de capital.

Dentro de éstas podemos considerar como las más importantes los gastos de acondicionamiento de corrales e instalaciones, los gastos para el establecimiento y divisiones de potreros, para construcciones de fuentes de agua y sales minerales y para adquisición de animales para mejoramiento genético.

Todos estos gastos deben realizarse, parte con capital productivo por la propia finca y parte utilizando la cartera de crédito de la banca que disponga de partida para el financiamiento de estos programas.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 35-36.

Programación y administración.

La unidad de producción como empresa incorporada a un eslabón del desarrollo regional o nacional, necesita de un gerente, o de un grupo técnico y administrativo que sean responsables de la programación (planificación, ejecución o desarrollo, evaluación y replanificación), a desarrollar o cumplir en el periodo de tiempo propuesto, y sobre el sistema de producción escogida (vaca, becerro, maute, novilla, ordeño o variación entre éstos).

  • Programación
a) Planificación. Una exploración pecuaria debe ser planificada de acuerdo a sus recursos, tierra y capital. Estos dos factores ayudaran a planificar mediante la estabilización o equilibrio del rebaño, y de acuerdo a los recursos disponibles para mantener y producir con eficiencia.

Esta tarea es responsabilidad del propietario, ayudado con el asesoramiento y servicio técnico adecuado, por demás existente en forma abundante y eficiente en todo el país, tanto oficial como privadamente.

b) Ejecución. Las responsabilidades asignadas a cada persona, individual o colectivamente, con técnicas de ejecución claras y específicas, son importantes, tanto para la armonía y creatividad del recurso humano, como para el desarrollo de las labores y actividades en los diversos niveles del sistema de producción en ejecución.

c) Evaluación y replanificación. Mensual o semanalmente deben evaluarse las metas preestablecidas, y en esta oportunidad deben corregirse las fallas o desviaciones que alteren la programación propuesta.

  • Administración
Lógicamente, sobre la programación hecha debe ser ejecutado un presupuesto a lo largo de todo el año, al final del cual se realizará la gestión administrativa.

Los egresos de una finca deberían estar dentro de cada una de las áreas de alimentación (potreros, minerales, concentrados), sanidad (biológicos, medicinas, servicios veterinarios), y de manejo en general (equipos, maquinarias, herramientas, insumos, salarios, etc.).

Todos estos servicios deben estar asentados dentro de las fichas del sistema de registro utilizado. Asimismo, todo ingreso (ventas de animales o productos), debe ser registrado en forma impresa y no mental.

Una buena gestión administrativa, es índice de la existencia de un control continuo en las operaciones económicas de una unidad pecuaria o finca.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 34-35.

Manejo de grupos de animales.

Manejo de becerros. Se recomienda aplicar en forma sistemática y ordenada las siguientes prácticas:
  • Atención del recién nacido. Debe constatarse en cada nacimiento:
a) Consumo de calostro. Una vez nacido debe consumir dentro de las primeras 12 horas la mayor cantidad posible de calostro, mínimo 10% de su peso vivo.

b) Desinfección del ombligo y vacunaciones.
  • Tatuar y registrar la identificación de la madre y, en lo posible, su peso de nacimiento.
  • Realizar descorne, castración y registrar edad y peso al destete.
  • Alimentar con leche materna (1-2 litros/día), suministrar concentrados (iniciador y crecimiento) y pasto verde de buena calidad, suplementación mineral y vitamínica, agua limpia, fresca y abundante (el programa alimentario depende de los recursos disponibles).
  • Mantener la limpieza de los corrales o becerreras.
  • Tatuaje. El número del año y el del nacimiento en serie de tres dígitos, deben ser impresos con tinta indeleble en la cara interna de la oreja derecha. La secuencia de números corresponderá a la secuencia de nacimientos.
  • Descorne y castración.
a) El descorne o despunte facilita el manejo del rebaño, mediante la disminución de riesgo para el personal, mejor uso de los espacios de bebederos y comederos, evita accidentes entre animales y da mejor apariencia. Se realiza mediante el corte del botón del cuerno y cauterización con fuego a la edad de 30 a 50 días.

b) La castración. Se debe realizar en todas las fincas donde no sea posible la separación por sexos. Donde no exista dificultad puede dejarse de hacer, y es recomendable dejar de hacerlo en los becerros hijos de las mejores vacas: más productoras de leche, mejor habilidad materna, más número de partos y becerros destetados, etc., por lo menos en un 20% del número total de ellos. Estos becerros podrán utilizarse en programas de cruce dentro del rebaño, o comercializarlos a las fincas de menor potencial genético como mejoradores. Se recomienda castrar entre los 90-100 días, utilizando “burdizzo” o castración quirúrgica.
  • Pesos al nacer y el destete. Son datos de utilidad para los registros de la finca, utilizables en la selección de hembras de reemplazo y toretes mejoradores, y para la estimación de la habilidad materna de las vacas.

Manejo de mautas. Esta actividad está orientada a evitar las pérdidas de peso y el atraso del desarrollo por diferentes causas. Las principales acciones a realizar incluyen:

a) Identificación con hierro caliente del año y del número correspondiente tatuado al nacer, en la oreja derecha.
b) Vacunaciones según el programa sanitario.
c) Alimentación. Agrupados desde el destete y conociendo que formarán parte de las hembras de reemplazo, se alimentarán con pastos de buena calidad, suplementándolas con sales minerales y con abundantes agua limpia.

Debe evitarse deterioro en el desarrollo y crecimiento por mala o inadecuada alimentación, especialmente durante las épocas de verano. Los deterioros del desarrollo desde el destete hasta la edad del primer servicio (18-24 meses), pueden ser los factores que más influyan durante la vida productiva de la vacas en nuestros rebaños.


Manejo de novillas. Es recomendable manejar las novillas con adecuada alimentación hasta alcanzar un peso de 280-300 kilos a los 18-24 meses de edad, en las razas de leche, y a los 26-30 meses de edad en las razas de carne; peso y edad ésta cuando deben ser asignadas al rebaño productor, o al primer servicio. Este grupo constituye el capital de reemplazo de la finca. Es recomendable la utilización de potreros de buena calidad, suplementación mineral continua, agua limpia y un estricto plan sanitario, indispensables para obtener esta meta. De este rebaño se seleccionaran las hembras de reemplazo y se venderán las restantes, produciéndole así ingresos a la explotación.


Manejo de vacas. Debe dárseles un manejo de acuerdo a su estado fisiológico:
  • Vacas lactantes. La vaca criando becerro es necesario alimentarla y mantener su condición corporal, y a suplir adecuada cantidad de leche para el crecimiento y desarrollo del becerro hasta el destete. No es aconsejable el amamantamiento continuo, o lo que es lo mismo, que las vacas y sus hijos estén en potreros conjuntamente hasta el destete. Es necesario, y con la finalidad de obtener un retorno al celo lo más pronto posible después del parto (70-90 días), separar las vacas y becerros desde los 30-40 días después del parto, preferiblemente durante la noche, y juntarlos en el día, o viceversa, y hacerlo 3 o 4 veces por semana durante 1 o 2 meses. Lo ideal sería una vaca lactando un becerro de 5 meses y preñada de uno o tres meses.
  • Vacas en ordeño. Deben ordeñarse las vacas una o dos veces al día, de acuerdo a su nivel de producción, pudiendo realizarse en dos formas:
a) Ordeño con apoyo del becerro. Es la forma más usual, donde se extrae la mayor cantidad de leche, dejando para el becerro de uno a dos litros hasta que cumpla los 3 meses de edad, el cual se alimentará con esta cantidad, además del suministro de medio kilo de concentrado o iniciador para becerro.

Desde los 3 meses hasta el final de la lactancia se extrae toda la leche, y se alimentará al becerro con pasto de buena calidad y el concentrado hasta la edad del destete.

Debemos estar pendientes de que el servicio después del parto y la primera concepción post-parto ocurran entre los 60 y 120 días, especialmente en las fincas produciendo leche.

b) Ordeño sin apoyo del becerro. Se recomienda sólo en aquellas explotaciones con vacas altamente productoras, 10-25 litros de leche y con dos ordeños al día. Se efectuará retirando el becerro al nacer y se le alimentará con calostro en forma indirecta y con sustitutos de leche.
  • Vacas secas u horras. Una vez secada o destetada, la vaca se alimentará en base a pastos de buena calidad y suplementación mineral.
Este grupo es recomendable dividirlo en dos subgrupos, de acuerdo al tiempo de gestación o preñez:

a) Vacas secas y horras gestando durante el primero o segundo tercio de preñez. Deben ser alimentadas con niveles moderados que garanticen el mantenimiento de su condición corporal durante este lapso.

b) Vacas secas u horras en el último tercio de gestación. Deben ser alimentadas para ganar de un cuarto a medio kilo por día, durante los últimos 90 días antes del parto. En esta época se alcanza el máximo crecimiento y desarrollo del feto; asimismo, durante los 90 días después del parto deben ser alimentadas de la misma forma.

Este programa de alimentación 90 días antes y 90 días después del parto influirá enormemente sobre el retorno a la actividad reproductiva (celo), y sobre la nueva preñez al primer servicio post-parto, en la vaca; y en el becerro influirá sobre su crecimiento y desarrollo durante esta época.


Manejo de reproductores. En una relación vaca-toro (25:1), se manejarán de acuerdo al sistema de monta establecido en cada finca:

a) En monta continua se les dará, cuando su condición física y corporal lo manifiesten, un descanso de varios días con alimentación balanceada y suplementación mineral; luego de recuperarse volverán al rebaño. En rebaño multi-toros, dar descanso al toro que pierda peso o condición corporal por exceso de montas y servicios; dará más oportunidad de servir a los demás toros del rebaño.

Práctica ésta que ayudara a un mayor número y a una mejor distribución de las preñeces entre los toros. Otro recurso conveniente es el de tener toros de reserva para estos casos, o para los casos de pérdidas de toro.

b) En estaciones de monta. Fuera de temporada se alimentarán con pastos de buena calidad, en potreros distantes del rebaño de vacas; uno o dos meses antes del inicio de la temporada o estación de monta, se apartarán, observarán, evaluarán y alimentarán hasta alcanzar óptimo estado físico y corporal para el inicio de los servicios.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 32-34.

Practicas zootécnicas.

Están compuestas por todas aquellas actividades programadas y realizadas sobre el rebaño, o sobre grupos de animales en particular, y van dirigidas única y exclusivamente a lograr sobre estos grupos una mayor y mejor organización y manejo. Estas actividades ayudan a tener un control permanente sobre las fincas, y facilitan la implementación y toma de datos para el sistema o método de registro llevado.

Las prácticas zootécnicas más importantes de una explotación nacional promedio serán:

Identificación del rebaño. Toda finca debe llevar un sistema de numeración con hierro caliente que identifique cada uno de los animales, y que debe estar compuesto por:

Un primer número que indique el año de nacimiento y una serie de tres dígitos que indiquen la secuencia del rebaño. Las fincas que por primera vez la implanten, pueden calcular la edad de las vacas por la tabla dentaria y luego aplicaran los números en forma secuencial. Ejemplo: al número 1.001 corresponderá el primer animal nacido el año 1991.

Lo razonable es que, a cada becerro nacido en el momento de cura de ombligo e ingestión de calostro, se le tatúe con tinta el número que le corresponda en la cara interna de la oreja derecha. Algunos productores asignan los números impares a machos y los pares a hembras, o simplemente, los machos se numeran solamente con el número del año y las hembras con toda la numeración.

Un sistema de herraje práctico que registre la vida reproductiva de cada vaca en el rebaño, consiste en marcar cada año el resultado del diagnóstico de preñez o el parto de un becerro.

Cuando esté vacía o sin becerro durante un año se marcará con una X; cuando esté preñada o lactando, se marcará con el número del año.

Ejemplo:
X90XX3 = vacía los años 88, 91 y 92, preñada los años 89, 90 y 93.

Un buen sistema numérico, llevado en forma continua y sin interrupciones, ayuda a los inventarios generales y parciales cuando se trabaja con animales en corral, notándose las faltas, pérdidas y desapariciones por abigeato.

Sub-división del rebaño. Dentro de una explotación bovina deben formarse grupos de animales de acuerdo con sus edades, estado fisiológico, actividad productiva y condición corporal. La formación de grupos de acuerdo a estas categorías facilitarán el manejo y uso de los recursos alimentarios de la finca.

Deben estar formados por lo menos por las siguientes categorías de animales: becerros, mautas y novillas, vacas lactantes, vacas en ordeño, vacas secas (primeros dos tercios y último tercio de gestación), novillos, mautes y toros (cuando se usa temporada de servicio). En algunos casos pueden formarse, dentro de una época, determinados subgrupos que facilita aún más el manejo.

Estos grupos y subgrupos y el número de animales dentro de cada uno de ellos serán indicativos del número y tamaño de los potreros necesarios en la finca.

Registros e inventario general. Dentro de las prácticas zootécnicas llevadas por una explotación, los registros de índices productivos y los registros de gestación administrativa son fundamentales para la evaluación animal y operativa de la finca.

Hecho un sistema de numeración sobre un rebaño y no utilizarlo con la aplicación de registros continuos y permanentes, y con inventarios generales y periódicos, es impedir a una explotación pecuaria la consideración empresarial moderna que requiere actualmente este tipo de actividades.

El inventario hecho sobre todos los semovientes y demás recursos, al menos en forma parcial, 1, 2 o 3 veces al año cuando se realizan agrupaciones de animales por tratamientos, y una vez al año con todo el rebaño, ayuda en la reorientación de los objetivos y metas programadas, facilita la selección y orienta las nuevas inversiones en la finca.

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 31-32.

Programa de mejoramiento.

Básicamente consiste en el incremento del potencial genético del rebaño. Esta meta se logra mediante la implantación de un estricto sistema de selección y de cruces, apoyándose en un buen método de registro y control del rebaño. Ilustraremos algunos métodos y aspectos relativos al sistema de cruces o apareamientos. Estos pueden realizarse en dos formas:

a) Cruces dentro de razas o dentro del rebaño. En este procedimiento sólo se clasifican por el criterio de selección escogido (leche y/o carne) y se aparea. Este tipo de cruce es más factible en las zonas llaneras del país. Su éxito dependerá de un buen sistema de recolección y registro de los índices reproductivos del rebaño. Estos datos serán la base para la selección de los mejores animales productores del rebaño que se cruzarán.

b) Cruces entre razas. En este sistema se aparean los tipos de ganado criollo o cebú (razas rusticas) con el ganado europeo (razas nobles). Lógicamente, con el perfeccionamiento genético de un rebaño se obtendrá un animal más exigente en cuanto a requerimientos nutritivos y manejo en general, lo que quiere decir que, al mejorar los animales, es necesario hacer lo mismo con la calidad de las pasturas y el control y uso de éstas, de acuerdo a los requerimientos y necesidades fisiológicas del animal mejorado.

En general, nuestra ganadería es de carne, con inclusión de la práctica del ordeño durante las épocas de mejor existencia de recursos alimentarios. Creemos que lo que quiere el ganado es un animal de 8-10 litros de leche y un maute disponible de 200-250 kilos de peso.

Esto ha sido logrado en países como Australia, Cuba, Brasil, Jamaica y Venezuela (Carora), con un cruce 5/8 europeo por 3/8 criollo cebú, resultando un animal productor de leche y rustico adaptado a las condiciones ambientales tropicales.

Si seleccionamos un rebaño criollo o cebú mestizado siguiendo criterios fenotípicos raciales o productivos, y lo clasificamos o agrupamos en lotes de hembras de bajo mestizaje (1/4), medio mestizaje (1/2) y alto mestizaje (3/4) de raza tipo europeo: Holstein, Pardo Suizo, etc., y realizamos cruce con toros Holstein o Pardo Suizo puros, ¾ y 5/8, respectivamente, obtendremos animales mejorados 5/8 europeos y 3/8 criollos, o cebú mestizo en los dos primeros casos y un animal 11/16 europeo por 5/16 criollos o cebú mestizados en el último caso, que es casi igual a los anteriores.

Si la ganadería programada es cría-levante, sin inclusión de la práctica de ordeño, debemos tratar de conservar el mayor índice de vigor híbrido o heterosis en los cruces. Utilizando cruce de cebú o mestizos puros con razas europeas, lograremos el F1 o vigor híbrido.

El uso de estos toros F1 con vacas mestizas o cebú, rotándolos entre las razas europeas y la cebú, producirá las hembras de reemplazo, muy difíciles de producir en los dos sistemas de cruces anteriores.

Mejoramiento genético de un rebaño mestizo (composición genotípica o racial teórica del rebaño).

Bibliografía

Sabino R, Luis R. Paquete tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 30-31.