Los sistemas lecheros en el mundo se basan en la cosecha (manual o mecánica) de leche de las vacas, originalmente destinada por la naturaleza para la alimentación de las crías, para usarla (como leche cruda o transformada en productos lácteos) en la alimentación del ser humano. El hombre ha seleccionado a las vacas para alcanzar niveles de producción muy superiores a los requeridos para la alimentación de sus crías. El consumo per cápita de leche por el hombre es, en muchos países superior a los 200 kg por año.
Para una producción exitosa de leche es necesario que se combinen dos funciones en el animal; la reproducción y la lactancia. Para que una vaca inicie la síntesis de leche (en la glándula mamaria), debe estar próxima al parto; una serie de interacciones hormonales exigen un parto para que la lactancia ocurra plenamente. Por ello el comportamiento reproductivo en el ganado lechero es importante, no solo para producir más animales, sino para poder cosechar la leche.
Para lograr ordeños exitosos, algunas vacas requieren de la presencia del ternero, que, a través del estímulo del amamantamiento, permite cosechar la leche; otras vacas sí pueden ser ordeñadas sin la presencia del ternero. La necesidad de ordeñar con o sin el ternero, diferencia los sistemas de lechería especializada de los llamados de “doble propósito”. Adicionalmente se da la decisión de criar o no los terneros machos; en ambas situaciones (doble propósito o lechería especializada) pueden criarse los machos; la diferencia está en el amamantamiento. La decisión de criar o no los terneros machos (o algunas de las hembras) depende de la factibilidad económica de hacerlo (costo de la alimentación vs el ingreso por su venta).
Las fincas lecheras intensivas se pueden manejar con niveles muy variables de uso de tecnología en la infraestructura, alimentación, manejo de terneros, ordeño, manejo de pasturas y controles (producción y económicos).
Referencia Bibliográfica
PÉREZ, E. 2017. Manual de Manejo: Sistemas intensivos sostenibles de ganadería de leche. Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA). San José, Costa Rica. 54 p.
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