Una buena pradera es esencial. La pradera, con sistema de riego o no, es la clave de la producción económica de un hato con sistemas de producción agropecuario de carne de res y lechera, convirtiendo el forraje que consumen el ganado vacuno en carne y leche.
Las praderas irrigadas bien administradas proporcionan:
a) La conservación y el mejoramiento de los recursos del suelo.
b) Los alimentos más baratos y más nutritivos para el ganado vacuno.
c) Los costos bajos de la cosecha porque el ganado vacuno selecciona su propio alimento.
d) Se ahorra algo en complementos alimenticios proteínicos.
e) Las mejores utilidades en ganado vacuno joven.
f) La mayor producción de un hato de cría.
g) Las utilidades más económicas en los animales para el mercado.
h) La mano de obra en la granja se distribuye más uniformemente durante todo el año.
Las praderas naturales sin riego tienen muchas de estas mismas ventajas. El ganado vacuno criado en praderas adecuadas rara vez tiene enfermedades o problemas parasitarios tan serios como el criado en confinamiento. Por tanto, deberán seguirse métodos eficientes para la utilización y administración de los recursos naturales que proporcionan las praderas.
Utilice adecuadamente la pradera. Un refrán común recomienda que se “tenga más alimento que ganado”. Esto significa que el número de cabezas en una pradera deberá estar en relación con el pasto disponible, dejando alguna reserva de pastura, es conveniente tener un sistema de rotación de potreros. Sin embargo, no hay ventaja alguna en tener un número muy pequeño de cabezas en una región determinada, pues el pasto podrá crecer demasiado cerrado y basto, de forma que no le guste consumirlo al ganado. Además, la hierba que no se consume en una estación, generalmente la echa a perder la lluvia, convirtiéndose, por tanto, en una pérdida para el productor.
No sobrepastoree las praderas. Aunque es importante utilizar el alimento a la capacidad de la pradera, puede dañarse mucho si se pasta en demasía. La mayoría de los ganaderos creen que pueden evitar el exceso de pastoreo siguiendo uno de estos dos métodos:
a) Rotación de las pasturas. Hay que mover al ganado vacuno de un campo a otro para utilizar la hierba; hacerlo antes que se dañe la pastura. Este método exige cercar adecuadamente los campos.
b) Pastoreo continuo sensato. Deje el ganado vacuno en su sitio continuamente, controlando el número de animales sin sobre pasar los limites que pueda ofrecer la pradera; coloque sal y agua estratégicamente y proporcione complementos cuando sea necesario para controlar adecuadamente el pastoreo.
Regule la distribución de minerales y agua. Fomentando la formación de depósitos naturales de agua, excavando pozos, o proporcionando agua en alguna otra forma, puede lograrse que el ganado vacuno consuma pasto o pastoree en una extensión muy grande de terrenos y utilice más cantidad de alimento que cuando debe concentrarse en un terreno para beber. La sal y los minerales, así como también los complementos proteínicos, pueden distribuirse adecuadamente sobre los campos de pastoreo, para hacer que el ganado vacuno paste uniformemente en toda la pradera. La distribución adecuada de minerales, agua y suficiente pasto en abundancia evitará también que el ganado camine inútilmente y, por tanto, se requerirá menos alimento para su mantenimiento.
Proveer cercas apropiadas. Las cercas apropiadas aseguran el uso adecuado de las praderas, reducen la mano de obra requerida y evitan que los animales se lastimen a sí mismo. Las cercas con tres o cuatro alambres de púas son apropiadas para controlar los terrenos de pastoreo, como es el caso de las divisiones de potreros para tener máximo control de los pastos que dispone el hato en la alimentación de los animales, pero los lugares más pequeños próximos a la granja deberán cercarse con alambre trenzado. Cualesquiera regiones donde el ganado vacuno ha de encerrarse apretado, o para trabajar con él, deberán estar cercadas con madera de dimensiones gruesa, o corrales de estructuras metálicas para facilitar la concentración de los animales.
Regule el número de cabezas de ganado vacuno, de acuerdo con las existencias de pastos. Se consideran los siguientes métodos prácticos para ajustar las variaciones estacionales y anuales según la existencia de alimento:
a) Proporcione un equilibrio apropiado de las existencias estivales e invernales de alimentos. Esto es esencial, tanto cuando el ganado vacuno se conserva en una sola unidad agrícola, como cuando unidades separadas proporcionan el alimento de invierno y el de verano.
b) Tenga un número moderado de cabezas de ganado en los terrenos de pastoreo, con objeto de que haya una amplia cantidad de forraje disponible en un promedio de años, para lograr utilidades máximas, y se evite así el desperdicio del forraje excedente porque no se use.
c) Almacene una reserva de heno y de otros alimentos en los años buenos y en épocas de precios bajos, para poder hacer frente a las épocas de sequía y a otras condiciones extremas.
Referencia Bibliográfica
ELWOOD, J. 1979. Métodos aprobados en la producción de ganado vacuno para carne. Universidad de California, Davis. Editorial Trillas. México. 366 p.
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