viernes, 30 de abril de 2021

Cuidado de la vaca después de parir

Elimine las secundinas. La placenta, o secundinas, deberán eliminarse en 12 horas cuando más, después del parto. Si se retiene más de 24 horas, deberá llamarse a un veterinario para que la extraiga. En ninguna circunstancia deberá extraerse usando de la fuerza. Si el parto ocurre cerca de la granja, las secundinas deberán quemarse o enterrarse, como buena medida sanitaria. Los criadores de ganado de pastoreo, sin embargo, rara vez, o nunca se preocupan por esto.

Figura 1. La vaca va expulsando la placenta horas después del parto, si no lo elimina o no lo expulsa del todo hay que recurrir a la asistencia del médico veterinario o del técnico agropecuario con conocimientos de anatomía y fisiología reproductiva para retirar los restos de la placenta que han quedado en su interior.

Figura 2. Retiro de la placenta sin usar la fuerza, con suministro de un antibiótico de amplio espectro para evitar posible infección en el interior del aparato reproductivo de la vaca.

Alimente ligeramente a las vacas al principio. Deberán alimentarse ligeramente a las vacas durante las primeras dos semanas después de parir, a causa de que demasiados alimentos ricos ocasionarán un aumento de producción láctea y el becerro podrá purgarse y tener diarrea o sufrir indigestión.

Proporcione pasturas y minerales adecuados. Una buena pradera verde no solamente proporciona una dieta bien equilibrada para la vaca y el becerro, sino que es también un excelente lugar para conservar la salud y reducir las enfermedades. El pasto no deberá mantenerse debajo de 15 a 20 cm, pues los huevos de los gusanos y otros parásitos son más numerosos cerca del suelo. Los animales jóvenes son especialmente susceptibles a una infestación parasitaria. Siempre deberá haber en un lugar asequible agua y sal, en todo tiempo, en cualquier pradera.

Figura 3. No debe faltar el alimento, bien sea en pastizales con abundante pastos; gramíneas o leguminosas de buena o moderada calidad en sistemas de pastoreo en potreros, o en el caso de hatos de animales estabulados los comederos no debe faltar el alimento; de forraje repicado, ni deben estar vacios, con suficiente agua fresca y suplementación de minerales.

Inspeccione regularmente las ubres. El ganado vacuno para engorde rara vez tiene tantas molestias en las ubres como el ganado lechero. Sin embargo, una inspección metódica de las ubres, inmediatamente después de parir, es un buen sistema que sirve para descubrir y tratar cualquier dificultad o anomalía.

Figura 4. Las glándulas mamarias deben revisarse regularmente, para determinar la salud de la vaca en la detección de posibles anormalidades, específicamente en el ganado lechero.

Figura 5. Una técnica precisa en la revisión de las glándulas mamarias es tocando con las manos, en la posible detección de anormalidades o anomalías, como por ejemplo cortaduras por causas de ramas a baja altura o alambres, o de cualquier objeto cortante, zonas duras o bultos extraños que impiden el buen funcionamiento de la glándula mamaria y de la salud en general de la vaca.

Venda carne de ternera, de novillas preñadas demasiado jóvenes. Aunque la preñez no representa un sobreesfuerzo para las vaquillas, la lactancia limitará su crecimiento. Las crías deberán venderse para carne a las ocho o diez semanas de edad, para impedir el desgaste que significa la lactancia en sus madres y permitir el desarrollo normal de las novillas madres.

Referencia Bibliográfica

ELWOOD, J. 1979. Métodos aprobados en la producción de ganado vacuno para carne. Universidad de California, Davis. Editorial Trillas. México. 366 p.

 

No hay comentarios :

Publicar un comentario