lunes, 31 de mayo de 2021

Producción de ganado vacuno destinado al engorde

Es esencial el ganado vacuno destinado al engorde (comedor). Con excepción de los criadores de animales de raza pura que están produciendo ganado vacuno registrado para reproducción solamente, un gran número de los criadores de ganado vacuno se dedica a la producción, principalmente reses destinadas al engorde. Estrictamente hablando, el ganado vacuno “comedor” son aquellos animales casi adultos y con buena condición de carne para alimentarlos económicamente y engordarlos para la matanza.

Hay cuatro reglas fundamentales que deberán seguirse si los alimentos han de venderse en la forma más eficiente mediante la producción de ganado vacuno destinado al engorde animales adultos de buen peso:

     a)   Adopte un programa uniforme, sistemático de cría y desecho.

     b)   Consiga mediante la cría, manejo, alimentación y control de las enfermedades, un alto porcentaje de producción de crías.

     c)   Fomente por medio de la alimentación y el manejo normal, el crecimiento continuo del ganado vacuno joven, para garantizar una utilización eficiente de los alimentos y un producto adecuado.

     d)   Adopte métodos de producción y de venta que logren el mayor rendimiento con el suministro anual de alimentos.

Utilice el principio del crecimiento continuo. En períodos en que el pastoreo es pobre por la escasez de hierba, deberá complementarse la alimentación del ganado con alimentos adicionales a fin de que no pierdan lo que han ganado en peso en condiciones buenas de alimentación. Esto es especialmente importante cuando se trata de animales jóvenes, pues son ellos los que generalmente logran las ganancias más económicas en peso. Se necesita mucho alimento para el mantenimiento del ganado; por tanto, si se conserva creciendo continuamente, aun durante los meses de invierno, la cantidad total de alimento necesario por libra de carne producida será menor, porque el ganado llegará mucho más pronto a la edad en que puede venderse.

Suplemente a los becerros y añojos. Una ganancia aproximada de una libra por día para los becerros que han de venderse como animales destinados al engorde, al término de la siguiente estación de producción de hierba, es un buen objetivo. Si los novillos han de terminarse como sobreaños largos, alimentándolos sobre pastizal, es conveniente que ganen de 550 a 680 g diariamente durante el invierno. Un método para lograr este objetivo en terrenos de pastoreo sin riego es la suplementación con 500 o 600 g diarios de harinolina u otros alimentos proteínicos equivalentes.

Deberá administrarse, además, heno en las zonas donde no puede obtenerse forraje seco de invierno. Los novillos así alimentados deberán pesar de 390 a 410 kg al terminar la siguiente estación de crecimiento del pastizal.

Alimente en forma adecuada a los becerros y a los añojos con rastrojos cosechados. Ninguna clase de ganado vacuno responde en forma más exitosa a una alimentación liberal que los becerros durante su primer invierno.

     a)   Proporcione corrales bien acondicionados con comedores y bebederos.

    b)  Proporcione corrales bien drenados y construcciones para el viento y los cambios de temperaturas.

     c)   Utilice uno de los siguientes sistemas:

1.  Proporcione todo el heno de leguminosa de alta calidad que los becerros puedan consumir. Los becerros consumirán de 4.5 a 7 kg diariamente, según sea su tamaño.

2.   Proporcione de 300 a 500 g diariamente de harinolina u otro alimento equivalente cuando el forraje tenga un contenido bajo de proteínas o sea heno de no leguminosa.

3.   De los 4.5 a 7 kg de ensilaje, con todo el heno de leguminosa que los becerros puedan consumir, producirán excelentes ganancias durante el invierno sin necesidad de dar concentrados.

Los becerros alimentados de esta manera durante el invierno deberán pesar de 225 a 270 kg en la primavera, y de 360 a 410 kg al terminar la siguiente época de crecimiento de los pastos.

Referencia Bibliográfica

ELWOOD, J. 1979. Métodos aprobados en la producción de ganado vacuno para carne. Universidad de California, Davis. Editorial Trillas. México. 366 p.

 

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