Antes de desarrollar los puntos
correspondientes a esta unidad es necesario generalizar un poco sobre
diagnostico clínico, ya que tanto el conocimiento de las regiones de topografía
clínica como el examen que se realice en el animal sospechoso permitirá llegar
a un diagnostico acertado de la existencia de una posible enfermedad, aspecto
de primordial importancia para la sanidad animal.
El diagnostico clínico se interesa por el
estudio de las clases y procedimientos de exploración del animal enfermo; así
como se basa en la interpretación de los signos y datos recogidos en la misma.
En sanidad animal esto es de primordial importancia ya que si se presenta un
animal enfermo, con la exploración clínica se persigue como meta la
determinación del tipo de enfermedad, su forma de presentación e importancia,
considerando su dependencia con el ambiente. En este aspecto la sanidad animal
se encuentra íntimamente ligada a la medicina veterinaria ya sea preventiva o
curativa.
Para el planteamiento de un diagnostico, es
de mucha importancia la exploración del ente animal, y para ello hay que estar
familiarizado con los diferentes animales y sus regiones de topografía clínica;
esta exploración revela los trastornos funcionales y alteraciones anatómicas
que se consideran como signos de enfermedad y manifestaciones o fenómenos
clínicos a que dan lugar anormalidades.
Una vez que se obtiene los resultados de una
exploración metódica, se procede a realizar la historia clínica del animal y en
base a todas las informaciones recaudadas se procede a plantear el diagnostico
y a incluir directamente de los resultados obtenidos.
Una exploración metódica del animal enfermo,
tomando en cuenta la anamnesis y las condiciones ambientales en las que el
animal se desenvuelve, proporciona datos suficiente, no solo para conocer el
desarrollo de la enfermedad, sino para prevenir padecimientos análogos.
La condición fundamental para un diagnostico
clínico exacto es la exploración acabada y metódica del enfermo. En algunos
casos, en algunas especies animales basta solamente una exploración en todas
sus partes; pero por lo general esto tiene que ser lo suficientemente
detallado.
La idoneidad para efectuar una exploración
adecuada y precisa del animal enfermo solo debe adquirirse habituándose a
examinar siempre todos los órganos y en el mismo orden, solo así se evita que
ningún fenómeno sospechoso a enfermedad pase inadvertido o se deje algún órgano
sin examinar. Por ello una exploración efectuada siempre con arreglo al mismo
plan, tiene además la ventaja de no solo captar la confianza del dueño del
animal, sino también de proporcionar en breve tiempo la facultad de verlo,
palparlo y oírlo todo con exactitud y distinguir lo normal de lo anormal.
La exploración lleva consigo el inconveniente
de tener que dar muchas vueltas al animal. Pero, con la práctica y el
conocimiento exacto de las zonas de topografía clínica se puede llegar pronto y
directamente a efectuar la exploración sin grandes pérdidas de tiempo y sin
mostrar falta de habilidad.
Regiones
de topografía clínica.
De acuerdo a los conceptos nuevos de la práctica
de la clínica veterinaria, cada vez se hace más acentuado el desarrollo de la
medicina de masas, tanto preventiva como curativa, dado a las características
que se establecen en el manejo y condición de los animales.
El bovino así como el cerdo, son animales que
se explotan en forma de grupos de individuos, considerándose como cifra
económica el grupo y no el individuo. El perro y el equino se salen en muchos
casos de este encuadre, ya que son animales que poseen características
particulares de explotación.
En las aves es donde este criterio va a
encontrar su mayor representante, ya que la práctica de la clínica aviar está
fundamentada en el manejo de grandes lotes de animales, jamás de individuos. En
el reconocimiento primario de los lotes de ganado, siempre es imperativo
realizar un examen de la explotación considerándola como unidad de trabajo, es
decir, realizando análisis más o menos detallados de las condiciones generales
del ambiente tecnológico, instalaciones y mano de obra, para concluir
finalmente en el reconocimiento directo del problema directo o responsable
económico, que es el grupo de animales y dentro de él, al individuo. Por esta
razón, en toda inspección de una instalación, especialmente cuando se ingresa a
ella por vez primera debe dedicarse tiempo al estudio de ella y de cada uno de
sus integrantes (especies de animales presentes, explotadas).
En el examen clínico de los rebaños se siguen
normas:
- Reconocimiento de todo el rebaño.
- Reconocimiento de un lote de ganado dentro
del rebaño.
- Reconocimiento del individuo: Y es en este
reconocimiento en que vamos a aplicar los conocimientos y las diferenciaciones
entre las regiones topográficas de importancia para la clínica veterinaria.
Después que se tiene el individuo sospechoso se hace el reconocimiento de
acuerdo a normas establecidas para a través de su historia diagnosticar si
existe o no enfermedad.
En forma general se encuentran en los
animales treinta (40) regiones de topografía clínica identificables.
Figura 1. Regiones topográficas clínicas del
bovino.
1. Región de la cabeza.
2. Región dorsal del cuello.
3. Región lateral del cuello.
4. Región ventral del cuello.
5. Región parotidea.
6. Región laríngea.
7. Región interescapular.
8. Región dorsocostal.
9. Región escapular.
10. Región costal.
11. Región preesternal.
12. Región esternal.
13. Región hipocondriaca.
14. Región xifoidea.
15. Región lumbar.
16. Región lateral del abdomen.
17. Región umbilical.
18. Región caudal del abdomen.
19. Región púbica.
20. Región de la papada.
21. Región preescapular.
22. Región del hombro.
23. Región del brazo.
24. Región del codo.
25. Región antebraquial.
26. Región del carpo.
27 Región del metacarpo.
28. Región de los dedos.
29. Región de la tuberosidad coxal.
30 Región sacra.
31. Región glútea.
32. Región de la tuberosidad isquiática.
33. Región coccígea.
34. Región trocanterica.
35. Región femorotibiopatelar.
36. Región pierna.
37. Región poplítea.
38. Región tarso.
39. Región metatarso.
40. Región del muslo.
Figura 2. Regiones topográficas clínicas del
caballo.
1.
Región de la cabeza.
2. Región dorsal del cuello.
3. Región lateral del cuello.
4. Región yugular.
5. Región parotidea.
6. Región laríngea.
7. Región preescapular.
8. Región interescapular.
9. Región vertebral torácica.
10. Región escapular.
11. Región costal.
12. Región preesternal.
13. Región esternal.
14. Región lumbar.
15. Región hipocondriaca.
16.
Región xifoidea.
17. Región del ijar.
18. Región lateral del abdomen.
19. Región umbilical.
20. Región inguinal.
21. Región púbica.
22. Región sacra.
23. Región glútea.
24. Región tuberosidad coxal.
25. Región trocanterica.
26. Región articulación del hombro.
27. Región tricipital.
28. Región brazo.
29. Región del codo.
30. Región antebrazo.
31.
Región del carpo.
32. Región del metacarpo.
33. Región de los dedos de la mano.
34. Región lateral de la rodilla.
35. Región del muslo.
36. Región de la pierna.
37. Región del tarso.
38. Región del metatarso.
39. Región de los dedos del pie.
40. Región caudal.
Examen
general para apreciar la salud y las alteraciones orgánicas en diferentes
especies.
Para investigar cualquier problema que se
refiere a la enfermedad de un animal, tanto si es de uno de ellos por separado
o de un grupo, la primera necesidad y la más importante es obtener un examen
clínico preciso y complejo. El examen clínico comprende tres aspectos; el del
animal, el de su historia y el del ambiente; todos ellos con posibilidad de que
puedan concluir a errores. El examen del animal afecto es solo una parte de la
investigación completa. El interrogatorio cuidadoso del propietario o del
cuidador (anamnesis) informaría sin duda sobre los alimentos recientes o
pasados, sobre las vacunas inoculadas, las operaciones quirúrgicas o la llegada
de nuevos individuos al grupo, todo lo cual puede ser elemento valioso para un
buen diagnostico.
La falla en un aspecto del examen clínico
puede inutilizar gran parte de la labor en otros, con la consecuencia de
errores en el diagnostico.
Cuando realizamos el examen general para
apreciar la salud y sus posibles alteraciones hay que considerar que los
animales no pueden describir sus síntomas y signos, además de que varían mucho
entre ellos según su reacción a la manera de ser tratados, de modo que hay que
considerar un margen de normalidad en los criterios deducidos del examen
físico. Estas variaciones son mucho más acusadas en unas especies que en otras.
Los caballos, perros y ganado vacuno, debido a su tamaño y por estar
acostumbrados a los humanos son mejores pacientes que el ganado porcino, ovino
y caprino que ofrecen más dificultad.
Examen
del paciente.
Es importante que todo animal enfermo sea
sometido a un examen clínico completo. La omisión de algún aspecto puede
concluir a errores diagnósticos, y pasar inadvertidas enfermedades concomitantes.
El examen general de un animal enfermo consiste, al principio en una inspección
general, desde cierta distancia, después de lo cual se procede a un examen
físico más detallado.
Inspección
general.
No hay necesidad de insistir en la
importancia de examinar un animal en conjunto, a pesar de lo cual muchas veces
despreciamos o se olvida. Además de la impresión general lograda por la
observación a distancia, algunos signos se valoran mejor antes de perturbar al
animal. La presencia del examinador es a veces muy inquietante para los
animales poco acostumbrados a la visita de extraños.
Aspecto
o estado general del animal.
Es difícil analizar el estado de salud de un
animal por su examen a distancia, existen muchos puntos a contemplar, pero
entre los más importante hablaremos de:
Actitud
Posiciones características que adopta cada
una de las diferentes especies animales en estación (parado) decúbito (echado)
o en locomoción (marcha).
Temperamento
Es la forma cómo reacciona un animal a los estímulos
externos.
Este binomio actitud – temperamento lo
podemos definir simplemente como comportamiento. La separación del animal del
resto del grupo es con frecuencia señal de enfermedad y el comportamiento
también invita a reflexionar sobre la salud del mismo. Si responde normalmente
a los estímulos externos como el sonido y los movimientos se les llama vivos, y
si las reacciones son torpes y si no responde con normalidad a dichos estímulos,
se dice que está apático o indolente. El estado pronunciado de indiferencia,
cuando el animal puede moverse pero no responde a las excitaciones externas,
suele conocerse como “Síndrome de Estupor”; el cual ocurre en el envenenamiento
sub-agudo por el plomo, la listerosis y algunos casos de acetonemia en los
bovinos y la encefalomielitis y cirrosis del hígado en equinos. Un estado de
ansiedad o temor es la forma más atenuada, en tal caso, el animal está atento,
mirando constantemente en todas direcciones, pero con movimientos normales, se
trata muchas veces de un dolor constante pero moderado, o de otras sensaciones
anormales como el comienzo de la paresia obstétrica y la ceguera reciente.
A las manifestaciones más intensas, la actitud
y temperamento con que responde el animal es de inquietud, se mueve
constantemente e incluso puede hociquear los costados, darse coces en el
vientre, revolcarse y mugir lastimeramente, también indican la presencia de
dolor. Los grados más extremos de excitación son la manía y el frenesí; siendo
la manía cuando el animal hace movimientos anormales con vigor, como el lamido
de su cuerpo, de objetos inanimados y la presión de la cabeza contra los muros.
En el frenesí, las reacciones y acciones son extremadamente violentas, haciendo
que el animal sea un peligro para toda persona que se le acerque, estos
síntomas nos indican rabia, envenenamiento agudo por plomo, algunos casos de
acetonemia nerviosa. En lo referente a posición, aunque no es determinante en
muchos casos está relacionada con signos que pueden indicar el punto de
gravedad de un proceso patológico, así por ejemplo; en bovinos que sufren de
luxación de cadera o parálisis del miembro ciático, el miembro enfermo no se
mantiene flexionado bajo el cuerpo, sino que sobresale rígido en una posición
extraña. En equinos, la elevación y rigidez de la cola, con rigidez simultánea
de las orejas y extremidades, son indicaciones de ataque de tétanos. En
porcinos, la manera de llevar la cola, es un buen indicador de su estado de
salud.
El registro de la conformación de un animal
se basa en la simetría, en la forma y el tamaño de las diferentes partes del
cuerpo, en relación unas con otras, supongamos que hay un animal con gran
abdomen en relación con el tórax y los cuartos traseros, observamos
inmediatamente que es una anormalidad que indica alteración del individuo y se
sospecha la presencia de una enfermedad. Además de las anomalías corporales, es
de mucha importancia la conformación de la piel; ello en cuanto a apariencia de
la piel, puede ser alteración del pelo, lana, sudación excesiva, presencia de
lesiones, prurito, desaparición del brillo, etc.; son síntomas de la presencia
de un cuadro de enfermedad. Las anomalías en la conformación externa las
observamos por regiones, así por ejemplo, si observamos la cabeza, el
abombamiento de la frente revela casos de hidrocefalia congénita; la hinchazón
de los maxilares y mandíbulas se presentan en la osteodistrofia fibrosa.
En el cuello, si hay hinchazón, puede ser
debido a infección de ganglios y glándulas salivares.
Hipertrofia del escroto, puede ser causa de
tumores.
Anomalías en las extremidades pueden ser
debidas a tumoraciones, distorsiones de los huesos, articulaciones, tendones,
venas tendinosas y bolsas sinoviales. Y así cada aspecto de la conformación
externa nos indica el buen o mal funcionamiento interno y la existencia o no de
una enfermedad.
La exploración del color de la piel de los
animales se sustituye en muchos casos por una cuidadosa inspección de la coloración
de las mucosas visibles, debido a que el revestimiento cutáneo puede ser muy
grueso, así como la epidermis, puede pasar inadvertidas variaciones en el
color, especialmente cuando la piel está pigmentada.
En general se observa:
- Conjuntiva
ocular: En los equinos para reconocerla se lleva con prudencia
la mano (Técnico) hacia la región frontal del caballo y se desliza hasta el
ojo, aplicando los últimos tres dedos encima del arco orbitario, con el pulgar
se aplica al centro del parpado superior y se levanta, se sustituye el pulgar
por el índice y el pulgar deprime el parpado inferior, aparecen así visibles
las mucosas del cartílago clignotante de los parpados. En los bovinos se pone
de manifiesto la conjuntiva ocular que cubre la esclerótica mediante la
rotación integral de la cabeza deprimiendo el parpado inferior. En otras
especies se usan una o ambas manos separando los parpados y presionando
suavemente el globo ocular.
- Mucosa
nasal: En los equinos se levanta y dirige ligeramente hacia
afuera el cartílago nasal con lo que aparece la parte inferior del tabique y el
conducto nasal. En las demás especies se levanta la cabeza y se inspecciona la
parte más inferior de las fosas nasales que hace visible la porción medial de
la fosa nasal y se invierte el pliegue hacia arriba.
- Mucosa
bucal: En todas las especies se inspecciona después de separar
uno de otro ambos labios o abrir la boca.
- Mucosa
del vestíbulo vaginal: En todas las especies se inspecciona
después de separar uno de otro ambos labios vulvares.
Refiriéndose al color normal de las mucosas,
la conjuntiva es roja o rosada pálida como ligeras variaciones, la esclerótica
es gris en bovinos, y no rara vez amarillo parduzca por depósitos de pigmento
en los équidos.
La mucosa nasal en équidos y bóvidos es roja,
rosada oscura y en los demás animales tiene igual color de la conjuntiva. La
mucosa bucal es pálida, y las mucosas labial y gingival pueden ser de matiz
amarillento. La mucosa vaginal es rosa pálido con finas vascularizaciones.
Hay variaciones fisiológicas no anormales,
como enrojecimiento cuando hay esfuerzo o temperatura alta en la conjuntiva y
mucosa bucal, y durante el celo en la yegua; cuando la temperatura externa es
muy baja, la mucosa nasal es rojo azulada.
Existen cambios anormales del color de las
mucosas que indican enfermedad, la palidez (anemia) se caracteriza por un matiz
tan solo débilmente rojizo, y en casos graves, desde blanco gris hasta
porcelánico. La coloración amarilla se reconoce con la mayor facilidad en la
conjuntiva y la esclerótica, así como en las mucosas de labios y encías puede
ser causa de una ictericia. En estados hidrémicos, particularmente en los
óvidos, puede observarse copiosa inhibición, desde acuosa hasta vítrea, de la
conjuntiva tumefacta (llamado ojo graso), con gran prominencia del cartílago
clignotante, hinchado y edematoso.
Los ganglios linfáticos junto con los vasos
linfáticos forman el sistema retículo-histiocitario, y por ello y por las
funciones que cumplen es objeto de estudio importante para indicar el estado
general de los animales. Entre sus funciones tenemos:
a. Función
defensiva reactiva.
b. Función
hematopoyética.
c. Función
metabólica.
Sobre todo en los équidos y bóvidos nunca se
debe prescindir de la exploración, por lo menos de los ganglios linfáticos
superficiales (muermo, tuberculosis). Por medio de la palpación se determinan
el tamaño, forma, superficie, consistencia, temperatura, sensibilidad, junto
con la movilidad y estado de la piel, siempre teniendo en cuenta que las
características de los ganglios linfáticos varían según la especie y según la
edad (linfocitosis del animal muy joven, naturaleza linfática general de los
bovinos, etc.). En los équidos se palpa los ganglios linfáticos llamados del
canal exterior, los ganglios pudendos y los ganglios del pliegue de la babilla.
Otros ganglios linfáticos no son palpables en los equinos sanos.
Figura 3. Ubicación de los ganglios linfáticos.
En los bóvidos, los ganglios del canal exterior
son más difíciles de palpar, siendo para ello necesario utilizar las dos manos.
Además de recorrer los ganglios retrofaríngeos y atlantales, así como el
llamado de la “base de la oreja” (Parotideo). Para reconocer estas estructuras
es menester aplicar técnicas especiales, basadas generalmente en la palpación
con ambas manos en forma simultánea (una a cada lado de la cabeza del animal),
con la cabeza algo extendida hacia adelante.
Existe una técnica especial, aplicable
fundamentalmente al bovino para permitir un mejor alcance a los ganglios retro
o supra faríngeos. Consiste en introducir la mano dentro de la boca del animal,
con la palma hacia arriba, de forma de introducirla en la cavidad faringeana, a
través de cuya pared se efectúa la palpación de los ganglios, generalmente los
ganglios suprafaringeos, parotideo, atlantal, no son palpables desde el
exterior cuando se hallan en estado normal. Un ganglio de gran importancia en
el bovino es el preescapular. La exploración de los ganglios linfáticos mamarios
se efectúa por entre los miembros posteriores separados.
En cabras y ovejas, la exploración se hace de
modo análogo, aunque solo se pueden reconocer los ganglios preescapular y
precural.
En cerdos, carnívoros y conejos, los ganglios
linfáticos sanos no suelen palparse con precisión. Con todo, pueden explorarse
los ganglios poplíteos como formaciones blandas, elásticas, lisas. En las aves
existen a lo largo del cuello (lateralmente) unos nódulos linfáticos muy
pequeños que en determinadas enfermedades pueden hacerse palpables.
En general, las alteraciones en los ganglios
linfáticos son tumefacciones y entre ellas observamos:
Tumefacción
aguda de los ganglios linfáticos: Es frecuente y sucede a la
inflamación aguda cursante de ordinario en procesos infecciosos de las regiones
corporales cuya linfa es drenada por el ganglio afectado.
La
tumefacción crónica de los ganglios linfáticos: Es
consecutiva a procesos de duración muy prolongada, bien sea por naturaleza
propia de la alteración o por el mecanismo de equilibrio homeostático animal.
Se manifiesta por un engrosamiento indoloro, consistencia firme, dura y hasta
tendinosa, superficie a menudo desigual, tuberosa y a veces adherente a las
inmediaciones.
En condiciones normales la temperatura se
toma en el recto. Si esto se hace imposible, el termómetro podrá introducirse
en la vagina. Debe el observador asegurarse de que la columna de mercurio ha
sido descendida por medio de movimientos de sacudida; luego habrá de humedecer
el bulbo para facilitar la inserción, y si el ano está flácido o el recto lleno
de materias fecales, se deberá introducir al mismo tiempo el dedo para extraer
heces y estar seguros de que el bulbo del termómetro está en contacto con la
mucosa rectal. Como regla general, el termómetro deberá estar aplicado más de
dos (2) minutos. La temperatura en las diferentes especies en condiciones ambientales
promedio es la siguiente:
Estas cifras indican para cada especie la
temperatura media en estado de reposo y el punto crítico, por encima del cual
puede hablarse de que la fiebre está presente. Son posibles variaciones
fisiológicas diarias de la temperatura del cuerpo, sin que sean indicaciones de
enfermedad. También es observable un ligero aumento hasta 0.6 °C durante las
fases finales de la gestación, no es raro un descenso brusco pero
insignificante de la temperatura de la vaca antes del parto, ni tampoco
descensos en la misma antes del celo y la ovulación, pero son en todo caso
variaciones de 0.3 °C que no llaman la atención clínicamente. La humedad
pronunciada, la temperatura elevada y el grado de ejercicio pueden elevar el
calor animal, con desviaciones posibles hasta de 1.6 °C para temperaturas
ambientales altas y hasta de 2.5 °C después de un ejercicio intenso. En el caballo,
después de una carrera, transcurren a veces hasta dos horas para que se
normalice su temperatura. Se llama hipertermia a una simple elevación de la
temperatura por encima del punto crítico como ocurre en la insolación. Se
conoce como pirexia el estado en que la hipertermia se combina con toxemia como
ocurre en muchas enfermedades infecciosas.
La hipotermia, es la temperatura corporal por
debajo de lo normal, se presenta en el choque, en el colapso circulatorio
(parexia obstétrica), en hipotiroidismo y poco antes de la muerte en muchas
enfermedades.
Deberá tomarse en las arterias coccígeas
media o facial en el ganado vacuno, en la facial en los equinos y en la femoral
en ovejas y cabras.
La delicada palpación del pulso permite
descubrir algunas características respecto a la frecuencia, ritmo, amplitud,
tono, presiones máxima y mínima y forma de la onda arterial. La frecuencia del pulso depende solamente de
las contracciones del corazón, sin que se afecte por cambios en el sistema
vascular periférico. Las frecuencias normales del pulso en las diferentes
especies son:
Caballos: 30
a 40/minutos.
Potro: 70
a 80/minuto.
Ganado vacuno: 60
a 80/minuto.
Novillas jóvenes: 100
a 120/minuto.
Ovejas y cabras: 70
a 90/minuto.
En el cerdo se dice que son 60 a 100 pulsaciones/minuto,
deducida por sus movimientos cardiacos, ya que no hay en los cerdos una arteria
fácilmente palpable.
Las alteraciones más comunes en la frecuencia
cardiaca son: Bradicardia y taquicardia.
El ritmo puede ser regular o irregular; toda
irregularidad deberá ser considerada de anormal excepto la llamada arritmia
sinusal, irregularidad de la fase coincide con el ciclo respiratorio.
Su importancia se refiere principalmente a
que indica presencia de enfermedad miocardíaca.
La amplitud del pulso se determina por la
cantidad de esfuerzo que necesitan los dedos para interrumpir la onda pulsátil.
- Movimientos
respiratorios.
Observando atentamente las paredes torácicas
y abdominales de los animales, el número de respiraciones puede determinarse contando
las que se producen durante medio a un minuto, y son desiguales durante más
tiempo. En todos los mamíferos se observa un tipo respiratorio corto abdominal,
con visible separación de las paredes torácicas y abdominales; en el movimiento
inspiratorio se dirigen las costillas adelante y afuera, y se abultan los
cartílagos costales, la región anterior del abdomen y los ijares a causa del
rechazamiento hacia atrás de los órganos abdominales, producido por el
diafragma. La acción aspiradora determinada por el movimiento consecutivo de
los bordes pulmonares produce una depresión superficial que se desliza hacia
atrás durante la inspección y desaparece antes de comenzar la inspiración, de
ordinario ocurre en los équidos y en perros de pelo corto.
El tipo respiratorio costal (pectoral), es
producido por gran disminución de los movimientos visibles de la pared
abdominal, traduce una inhibición reflejada de la actividad diafragmática en
enfermedades inflamatorias y dolorosas del mismo diafragma, del peritoneo y de
los órganos del vientre, y además en caso de obstáculo mecánico el así
movimiento del diafragma, por aumento de la presión abdominal.
El tipo respiratorio abdominal, se
caracteriza por un predominio notable del movimiento respiratorio de las
paredes del vientre, la mayoría de las veces a causa de la disminución refleja
de la actividad de los músculos intercostales, en caso de pleuritis, miositis
intercostal, pericarditis, fracturas de costillas y parálisis de la mayor parte
de los músculos intercostales a causa de mielitis difusa.
El ritmo respiratorio normal, cuando la
inspiración y aspiración se suelen suceder con iguales intervalos, aunque la
inspiración sucede en un tiempo algo menor.
La determinación del número normal de
respiraciones ofrece no rara vez ciertas dificultades, en particular en los
animales muy excitables, inquietos, medrosos y situados en medio extraño. Pero
en animales dóciles y tranquilos también pueden perturbar la cuenta, la elevada
temperatura externa y las molestias causadas por moscas y otros insectos.
Caballos 10-16/minuto.
Bovino 10-40/minuto.
Ovinos y Caprinos 12-20/minuto.
Cerdo 8-18/minuto.
Aves domesticas 12-36/minuto.
Entre los aumentos de la frecuencia
respiratoria tenemos la taquipnea y polipnea, y entre las disminuciones de la frecuencia
respiratoria tenemos la bradipnea y oligopnea. En estado de reposo la
respiración se verifica sin cesar con movimientos tranquilos, paulatinos y poco
notorios de las paredes torácicas y abdominales, y con manifestaciones
concomitantes poco notables. Se llama disnea o necesidad de aire a toda
respiración anormal o disfórica, originada en condiciones patológicas, y que se
manifiesta no solamente por las variaciones en el número y tipo de los
movimientos respiratorios, sino principalmente por la calidad de estos,
manifestándose en forma de disnea inspiratoria, espiratoria o mixta.
Para enjuiciar un tipo de respiración en un
paciente es necesario que el clínico se acostumbre a considerar las
manifestaciones fisiológicas de la respiración en el estado, en el trabajo, en
el descanso, en la preñez avanzada y en días calurosos, para poder establecer
comparaciones que lo lleven a realizar afirmaciones practicas. Para trabajos
científicos se usa la neumografía, para registrar claramente los movimientos
respiratorios.
Consiste en volver a la boca, en forma de
bolos, masa alimenticia de los dos primeros estómagos, tan solo masticados
grosera y superficialmente, para ser bien desmenuzados y copiosamente
insalivados, remasticados y redeglutidos. Este proceso, absolutamente necesario
para la vida de los rumiantes, empieza en los lactantes hacia la tercera semana
de la vida, y está en relación muy íntima, no solo con la función de los
proventrículos, sino también con el estado de salud y el bienestar del animal.
En la rumia normal, tras una inspección
profunda, se interrumpe brevemente la respiración y sigue a ellos, con una
ligera elevación de la pared ventral y extensión de la cabeza, una onda el
surco yugular izquierdo que se dirige a la boca y se producen los movimientos
de masticación.
El tiempo de medida que media entre la
ingestión del pienso y el comienzo de la rumia es de 30 minutos a 1 hora y 30
minutos. El número de rumiaciones en 24 horas es de 4-6 veces.
En la rumia displicente, que es el grado mínimo
de su trastorno, la masticación ya no se realiza del modo usual y no difiere,
solo puede inferirse en la conducta del animal. En la rumia perezosa y lenta se
efectúa movimientos masticatorios más raros y menos vigorosos.
Generalmente los trastornos de la rumia están
en relación directa del grado de enfermedad de los proventrículos y resulta de un
obstáculo puramente mecánico, con frecuencia de una disminución funcional de la
musculatura proventricular (Atonía), y así mismo de una eficacia traumática, la
rumia es inhibida de modo reflejo desde la cubierta serosa irritada, es decir,
mecánicamente por exudados fibrosos y, en casos más crónicos, por adherencia.
Otras enfermedades con trastornos de la rumia son las febriles, las dolorosas
generales u otras orgánicas, los estados de agotamiento y las encefalopatías.
La defecación se verifica por una contracción
progresiva en sentido anal, de la musculatura lisa del recto, al mismo tiempo
que se relajan los esfínteres internos y externos, entra en acción la prensa
abdominal y se producen determinados movimientos y actitudes del cuerpo,
expulsando las heces al exterior. La defecación difícil se manifiesta por una
acción extraordinariamente prolongada y enérgica de la prensa abdominal, con
gran convexidad de dorso, por ejemplo en la constipación grave y de larga
duración y en la estrechez del recto. Se llama tenesmo anal o rectal a los
esfuerzos rectales frecuentes, dolorosos y violentos, con salida de heces o sin
ella; en équidos y bóvidos, a menudo con gemidos prolongados o quejidos
particulares. Entre los rumiantes la rabia causa tenesmo. La defecación
dolorosa en los équidos y rumiantes, estos agitan la cola, van de un lado a
otro y mirando angustiosamente cuando la defecación es difícil como en el
tenesmo, cólicos, gastritis traumáticas y peritonitis. La defecación
involuntaria acontece sin que los animales adopten las actitudes normales,
cualquier posición y sin preparación alguna. Esta en relación causal con
lesiones de la médula espinal (sacra), en la cual también dejan de intervenir,
a veces los centros simpáticos y parasimpáticos que no reciben los estímulos de
los centros superiores. La defecación involuntaria se produce también en el
miedo y el terror. La relajación del ano por violenta irritación del recto debe
su origen a una relajación refleja del esfínter anal. La defecación retardada
hasta retención total se observa en la constipación, oclusión y distrofia
intestinales y en la grave trombosis de la arteria mesentérica. Tras diarreas
prolongadas existe retención fecal transitoria hasta que se vuelve a llenar el
intestino suficientemente. La defecación frecuente con explosión del contenido
entérico blando, claro, líquido y alguna veces fétido, se conoce con el nombre
de diarrea. La diarrea se presenta como síntoma en diversas enfermedades:
Parasitarias, paratuberculosis, tuberculosis intestinal, insuficiencia
pancreática, inflamación especifica del tubo intestinal. La emisión de gases se
observa de cuando en cuando en cantidades moderadas en caballos, bovinos, y
cerdos; aumenta morbosamente en casos de alimentación meteorizante, meteorismo,
algunas formas de catarro intestinal y enteritis. La falta de salida de gases a
pesar de hacer meteorismo intestinal, hace sospechar oclusión del intestino, su
reaparición es un signo favorable.
Es la expulsión de orina al exterior y
consiste en un proceso reflejo provocado por una excitación mecánica (distensión)
y en parte química, producida en el plexo nervioso autónomo intramural, situada
en la pared vesical, cuya función, a causa de la diferenciación del sistema
nervioso simpático y parasimpático y muy especialmente del central, es ayudada,
reforzada y dirigida por el centro vésico-espinal situado en la medula lumbrosacra.
La micción de las diversas especies
animales ofrece particularidades que son conocidas por experiencia propia. Las
aves evacuan su orina espesa junto con las heces. La micción difícil ó disuria,
se caracteriza por esfuerzos visibles y prolongados, con enérgica intervención
de la prensa abdominal, todo lo cual produce la salida de gotas o un delgado
chorro de orina.
La micción dolorosa se manifiesta por
gemidos, quejidos, mullidos, chillidos, desasosiego, sudoración, agitación de
la cola y patadas al suelo y el vientre, ocurre en peritonitis, enfermedades
dolorosas de la vejiga.
El tenesmo vesical es un esfuerzo contante y
doloroso para la emisión de la orina, se ve del modo más elocuente en cistitis
y peritonitis aguda, pero así mismo en la irritación de la mucosa uretral por
arenillas y cálculos urinarios, en la irritación del tejido y de la mucosa
vaginal en las yeguas en celo, ya que en ella se observa tenesmo. En cuanto a
la frecuencia de la micción, en équidos y bóvidos de 5 a 7 veces en 24 horas;
los cerdos, ovejas y cabras de 2 a 4 veces. La micción anómalamente frecuente
(polaquiuria), se observa en los estados irritativos del sistema urogenital y
en la rabia entre otras. La oligoquisuria, se observa después de sudores
copiosos, diarrea profunda, en la disminución de la sed, en los trastornos de
la deglución y cuanto está determinada y disminuida la formación de orina por enfermedades
renales. La iscuria, es la falta persistente de la micción, a pesar de hallarse
llena la vejiga. La incontinencia de la orina es la emisión de la misma sin la
actitud usual, ni los movimientos concomitantes, la orina sale constantemente,
a gotas o en cantidades mínimas, u otras veces en cantidades excesivas y a
chorros.
Es la expulsión reflejada de gases del
estomago por la boca y las narices, con un ruido particular y la colaboración
de una contracción del estomago, y de la prensa abdominal. En los rumiantes el
eructo es un proceso necesario para la conservación de la vida, pues permite la
evacuación de los gases formados en abundancia por fermentación de los dos
primeros estómagos, se verifica en todo tiempo, pero lo más a menudo durante la
rumia y la presión del pienso, y también, por lo general, durante y después de
la actividad de la prensa abdominal.
Vacas: 9-11/hora.
Ovejas y cabras: 9-10/hora.
Los gases son de mal olor cuando han permanecido
durante largo tiempo en el estomago. En los demás animales el eructo es morboso
siempre y revela fermentación anómala del contenido estomacal en el catarro y
en la dilatación del estomago. Es muy significativo sobre todo en el caballo,
en el que revela casi siempre dilatación aguda del estomago, y con frecuencia
sobrevive durante la exploración, ya sea por sí mismo, y de modo artificial,
mediante amansamiento. En el caballo con disnea grave (pleuritis) se oye un
eructo ruidoso.
Es la evacuación del contenido gástrico por
la boca o por las narices, con sensación de nausea provocada.
Parte de modo reflejo y parte por exaltación
central del centro del vomito. La facilidad para vomitar varía sobre todo según
la especie animal, pero también según el individuo.
Es mayor en los carnívoros, en el cerdo y en
las aves; en cambio, los rumiantes vomitan mucho mas difícilmente, y los
équidos con la máxima dificultad.
El vomito se manifiesta tras cierto desasosiego,
con movimientos de la lengua, degluciones y salivación, los cerdos extienden la
cabeza, la acercan al suelo y tras algunos movimientos de bomba impelente del
diafragma y de los músculos abdominales, evacuan contenido gástrico por la boca
muy abierta. Los rumiantes se apartan del pesebre, ponen los miembros
posteriores debajo del vientre, alargan la cabeza y el cuello y evacuan de modo
paroxísmico grandes cantidades, hasta 10 litros. Los équidos generalmente hacen
esfuerzos mayores, acercan la cabeza al pecho, suelen también bajar el cuello,
contraen espasmódicamente los músculos abdominales y expulsan el contenido
gástrico por los ollares. El vomito morboso puede ser debido a gastropatía en
primer lugar, a la sobrecarga del estomago, sobre todo en los cerdos; no muy
rara vez en bovinos y équidos, y además a catarros e inflamaciones de la mucosa
gástrica, vermes gástricos, materias alimenticias irritantes.
Son causas de vomito la oclusión intestinal,
en padecimientos del peritoneo, en excitación de la mucosa faríngea, en
enfermedades esofágicas y en las del encéfalo.
El pronóstico peor del vomito se debe hacer
en los équidos, en los que suele presentar tras enfermedades que amenazan la
vida; puede originarse la rotura del estómago y no rara vez puede motivar una
neumonía por deglución desviada.
Como se expreso al comienzo, existen otros
muchos factores que nos indican el estado general de un animal y ayudan a
diagnosticar presencia o no de enfermedades, pero se consideran las más
importantes las antes citadas, además hay que aclarar que se han tocado
aspectos muy generales. En caso de querer profundizar sobre estos y otros
aspectos se puede consultar literatura sobre semiología, clínica, patología,
etc.