En la actividad ganadera, constantemente se
recurre al uso de suplementos de diferentes tipos, para diferentes especies de
animales, estados fisiológicos, niveles productivos y estado de salud. En lo
que a los animales se refiere, la suplementación tiene como objetivo cubrir la
parte de los requerimientos que no cubre la dieta base, a través del uso de un
alimento o conjunto de alimentos conocidos como suplementos, para corregir
fallas en la producción y fundamentalmente para mejorarla.
Figura
1.
Momento en que el rebaño consume suplemento en el comedero.
En la suplementación estratégica se utiliza
un componente o conjunto de componentes, que cumplen un objetivo muy especifico
en la nutrición del animal, siendo utilizada en los momentos en que se requiera
y en cantidades limitadas, de manera que le permitan cumplir el objetivo
propuesto (Herrera et al., 1990).
La suplementación estratégica es una metodología
que permite la eficiente utilización de recursos disponibles, tanto de la dieta
base como del suplemento, contribuyendo substancialmente al mejoramiento de los
parámetros productivos y reproductivos de los rebaños en que es utilizada (Mata
y Combellas 1992; Mata y Herrera 1994).
Fundamentalmente la suplementación es usada
por las razones siguientes:
- Para suplir la deficiencia de algunos nutrimentos.
- Para incrementar el consumo de forrajes.
- Para el mejoramiento de las tasas de crecimiento.
- Para mejorar la utilización del forraje.
- Para mejorar la capacidad de carga de las pasturas.
La suplementación conduce al mejoramiento de
las condiciones corporales y fisiológicas de los animales, lo que a la vez
genera mayores niveles productivos y reproductivos (Preston y Leng, 1989).
Un punto importante: el uso de esta técnica
requiere del conocimiento de la dieta base de los animales, los recursos alimenticios
disponibles para ser utilizados como suplemento y los momentos y/o estados
críticos de los animales que afectan sus respuestas productivas y
reproductivas.
Existen dos vías principales para mejorar la
utilización de esos forrajes, éstas son:
a. Satisfacer los requerimientos de los microorganismos del rumen, procurando un mejoramiento de la fermentación del material fibroso y una alta producción de proteína microbiana y de ácidos grasos volátiles totales.
b. Balancear los productos de la fermentación del rumen con alimentos que sean digestibles en el intestino (especialmente proteínas) para cubrir los requerimientos para crecimiento, leche, carne y otras actividades.
La forma práctica para mejorar la utilización
de los forrajes, es a través de la contribución de una serie de suplementos,
tales como:
- Utilización de un suplemento rico en nitrógeno soluble (urea), minerales y melaza, a partir de los cuales se pueda cubrir los requerimientos de mantenimiento y en algunos casos superar bajos niveles de producción.
- Uso de pequeñas cantidades de buen forraje, preferiblemente leguminosas (Matarratón, Leucaena) o pastos jóvenes, en cantidades de 10-20% de materia seca en la dieta diaria (Escobar et al., 1996).
- Se plantea también el uso de pequeñas cantidades de alimentos digeribles en el intestino. Proteicas como semilla de algodón, torta de algodón, maní y girasol, energéticas como maíz, grasa animal o vegetal, pulidura de arroz, melaza, otros.
Figura
2.
Deposito de suplemento para el rebaño bovino.
Anteriormente, se señalaba que los animales
necesitan una alimentación adecuada para poder cubrir los requerimientos de una
serie de estados fisiológicos. Estos estados son:
- Mantenimiento.
- Crecimiento.
- Gestación.
- Lactación.
Cada uno de ellos tiene un costo en cuanto a
energía, proteína, minerales y vitaminas, siendo variable en cada caso y para
diferentes tipos de animales. Los más bajos requerimientos corresponden al
mantenimiento. En nuestras condiciones muchas veces los recursos forrajeros no
dan ni para cubrir estos requerimientos, produciéndose en los animales pérdidas
de peso, atraso en el crecimiento e incluso la muerte.
Bibliografía
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pasturas en sabanas bien drenadas. Rev. FONAIAP (Publicación Especial N° 38)
Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Anzoátegui, Venezuela. pp.
128-129.
Escobar, A.; Ojeda, A y E. Romero. 1996. Gliricidia sepium. El Matarratón. Un
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1996. 78 p.
Herrera, P.; Birde, B. y González, A. 1990.
Diagnostico de alternativas alimenticias para aves, cerdos y rumiantes, con materias
primas producidas en el sur-oriente del Estado Guárico-Venezuela. Universidad
Nacional Simón Rodríguez. Dirección de desarrollo Rural Integral. Unidad de Producción
La Iguana. Valle de la Pascua. Estado Guárico, Venezuela. 112 p.
Mata, D. y J. Combellas. 1992. Sistemas de Suplementación
Estratégica. Convenio MAC-PDVSA. Informe Acumulado 1990-1991. (Mimeo). 55 p.
Mata, D. y P. Herrera. 1994. Uso de bloques
multinutricionales en pasturas naturales. En: A. Cardozo y B. Birbe. (Eds). I
Conferencia Internacional Bloques Multinutricionales. Guanare, Venezuela. pp.
43-55.
Preston, T. y R. Leng. 1989. Ajustando los
Sistemas de Producción Pecuaria a los Recursos Disponibles. Aspectos básicos y
aplicados del nuevo enfoque sobre la nutrición de rumiantes en el trópico.
CONDRIT. Cali, Colombia. 312 p.
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