Manejo
de becerros. Se recomienda aplicar en forma sistemática y
ordenada las siguientes prácticas:
- Atención del recién nacido. Debe constatarse en cada nacimiento:
a) Consumo de calostro. Una vez
nacido debe consumir dentro de las primeras 12 horas la mayor cantidad posible
de calostro, mínimo 10% de su peso vivo.
b) Desinfección del ombligo y
vacunaciones.
- Tatuar y registrar la identificación de la madre y, en lo posible, su peso de nacimiento.
- Realizar descorne, castración y registrar edad y peso al destete.
- Alimentar con leche materna (1-2 litros/día), suministrar concentrados (iniciador y crecimiento) y pasto verde de buena calidad, suplementación mineral y vitamínica, agua limpia, fresca y abundante (el programa alimentario depende de los recursos disponibles).
- Mantener la limpieza de los corrales o becerreras.
- Tatuaje. El número del año y el del nacimiento en serie de tres dígitos, deben ser impresos con tinta indeleble en la cara interna de la oreja derecha. La secuencia de números corresponderá a la secuencia de nacimientos.
- Descorne y castración.
a) El descorne o despunte
facilita el manejo del rebaño, mediante la disminución de riesgo para el
personal, mejor uso de los espacios de bebederos y comederos, evita accidentes
entre animales y da mejor apariencia. Se realiza mediante el corte del botón
del cuerno y cauterización con fuego a la edad de 30 a 50 días.
b) La castración. Se debe
realizar en todas las fincas donde no sea posible la separación por sexos.
Donde no exista dificultad puede dejarse de hacer, y es recomendable dejar de
hacerlo en los becerros hijos de las mejores vacas: más productoras de leche,
mejor habilidad materna, más número de partos y becerros destetados, etc., por
lo menos en un 20% del número total de ellos. Estos becerros podrán utilizarse
en programas de cruce dentro del rebaño, o comercializarlos a las fincas de
menor potencial genético como mejoradores. Se recomienda castrar entre los
90-100 días, utilizando “burdizzo” o castración quirúrgica.
- Pesos al nacer y el destete. Son datos de utilidad para los registros de la finca, utilizables en la selección de hembras de reemplazo y toretes mejoradores, y para la estimación de la habilidad materna de las vacas.
Manejo de mautas. Esta actividad está orientada a evitar las pérdidas de peso y el atraso del desarrollo por diferentes causas. Las principales acciones a realizar incluyen:
a) Identificación con hierro
caliente del año y del número correspondiente tatuado al nacer, en la oreja
derecha.
b) Vacunaciones según el
programa sanitario.
c) Alimentación. Agrupados
desde el destete y conociendo que formarán parte de las hembras de reemplazo,
se alimentarán con pastos de buena calidad, suplementándolas con sales
minerales y con abundantes agua limpia.
Debe evitarse deterioro en
el desarrollo y crecimiento por mala o inadecuada alimentación, especialmente
durante las épocas de verano. Los deterioros del desarrollo desde el destete
hasta la edad del primer servicio (18-24 meses), pueden ser los factores que
más influyan durante la vida productiva de la vacas en nuestros rebaños.
Manejo de novillas. Es recomendable manejar las novillas con adecuada alimentación hasta alcanzar un peso de 280-300 kilos a los 18-24 meses de edad, en las razas de leche, y a los 26-30 meses de edad en las razas de carne; peso y edad ésta cuando deben ser asignadas al rebaño productor, o al primer servicio. Este grupo constituye el capital de reemplazo de la finca. Es recomendable la utilización de potreros de buena calidad, suplementación mineral continua, agua limpia y un estricto plan sanitario, indispensables para obtener esta meta. De este rebaño se seleccionaran las hembras de reemplazo y se venderán las restantes, produciéndole así ingresos a la explotación.
Manejo de vacas. Debe dárseles un manejo de acuerdo a su estado fisiológico:
- Vacas lactantes. La vaca criando becerro es necesario alimentarla y mantener su condición corporal, y a suplir adecuada cantidad de leche para el crecimiento y desarrollo del becerro hasta el destete. No es aconsejable el amamantamiento continuo, o lo que es lo mismo, que las vacas y sus hijos estén en potreros conjuntamente hasta el destete. Es necesario, y con la finalidad de obtener un retorno al celo lo más pronto posible después del parto (70-90 días), separar las vacas y becerros desde los 30-40 días después del parto, preferiblemente durante la noche, y juntarlos en el día, o viceversa, y hacerlo 3 o 4 veces por semana durante 1 o 2 meses. Lo ideal sería una vaca lactando un becerro de 5 meses y preñada de uno o tres meses.
- Vacas en ordeño. Deben ordeñarse las vacas una o dos veces al día, de acuerdo a su nivel de producción, pudiendo realizarse en dos formas:
a) Ordeño con apoyo del
becerro. Es la forma más usual, donde se extrae la mayor cantidad de leche,
dejando para el becerro de uno a dos litros hasta que cumpla los 3 meses de
edad, el cual se alimentará con esta cantidad, además del suministro de medio
kilo de concentrado o iniciador para becerro.
Desde los 3 meses hasta el
final de la lactancia se extrae toda la leche, y se alimentará al becerro con
pasto de buena calidad y el concentrado hasta la edad del destete.
Debemos estar pendientes de
que el servicio después del parto y la primera concepción post-parto ocurran
entre los 60 y 120 días, especialmente en las fincas produciendo leche.
b) Ordeño sin apoyo del
becerro. Se recomienda sólo en aquellas explotaciones con vacas altamente
productoras, 10-25 litros de leche y con dos ordeños al día. Se efectuará
retirando el becerro al nacer y se le alimentará con calostro en forma
indirecta y con sustitutos de leche.
- Vacas secas u horras. Una vez secada o destetada, la vaca se alimentará en base a pastos de buena calidad y suplementación mineral.
Este grupo es recomendable
dividirlo en dos subgrupos, de acuerdo al tiempo de gestación o preñez:
a) Vacas secas y horras
gestando durante el primero o segundo tercio de preñez. Deben ser alimentadas
con niveles moderados que garanticen el mantenimiento de su condición corporal
durante este lapso.
b) Vacas secas u horras en el
último tercio de gestación. Deben ser alimentadas para ganar de un cuarto a
medio kilo por día, durante los últimos 90 días antes del parto. En esta época
se alcanza el máximo crecimiento y desarrollo del feto; asimismo, durante los
90 días después del parto deben ser alimentadas de la misma forma.
Este programa de
alimentación 90 días antes y 90 días después del parto influirá enormemente
sobre el retorno a la actividad reproductiva (celo), y sobre la nueva preñez al
primer servicio post-parto, en la vaca; y en el becerro influirá sobre su
crecimiento y desarrollo durante esta época.
Manejo de reproductores. En una relación vaca-toro (25:1), se manejarán de acuerdo al sistema de monta establecido en cada finca:
a) En monta continua se les
dará, cuando su condición física y corporal lo manifiesten, un descanso de
varios días con alimentación balanceada y suplementación mineral; luego de
recuperarse volverán al rebaño. En rebaño multi-toros, dar descanso al toro que
pierda peso o condición corporal por exceso de montas y servicios; dará más
oportunidad de servir a los demás toros del rebaño.
Práctica ésta que ayudara a
un mayor número y a una mejor distribución de las preñeces entre los toros.
Otro recurso conveniente es el de tener toros de reserva para estos casos, o
para los casos de pérdidas de toro.
b) En estaciones de monta.
Fuera de temporada se alimentarán con pastos de buena calidad, en potreros
distantes del rebaño de vacas; uno o dos meses antes del inicio de la temporada
o estación de monta, se apartarán, observarán, evaluarán y alimentarán hasta
alcanzar óptimo estado físico y corporal para el inicio de los servicios.
Bibliografía
Sabino R, Luis R. Paquete
tecnológico contra el Síndrome Parapléjico Bovino. pp. 32-34.
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