En el caso de los bovinos existen dos grupos de parásitos de importancia, imposibles de erradicar pero que deben ser controlados:
a. Los parásitos internos, entre los que destacan los gastrointestinales y pulmonares.
b. Los parásitos externos, entre los que destacan las garrapatas y el tórsalo.
En el sistema de cría intensivo sostenible los parásitos internos deben controlarse mediante dos estrategias:
a. el diagnóstico de incidencia, que se hace mediante análisis de laboratorio, y
b. el combate por medio de vermífugos cuando se considere necesario.
Se hace énfasis en que siempre habrá presencia de parásitos internos, pero normalmente los animales adultos tienden a desarrollar resistencia, y los terneros solo deben tratarse cuando la incidencia es elevada y causa síntomas y pérdida de productividad. En los sistemas de leche la incidencia de parásitos internos es alta, debido a las cargas animales, y si se pretende intensificar más el uso de la tierra mediante el aumento de la carga animal, se anticipa que habrá que ponerles más atención a los parásitos internos.
Las garrapatas son también un serio problema; están presentes en todos los ecosistemas ganaderos de carne del país y causan pérdidas por los elevados costos de control y por el impacto negativo sobre los animales. Muchos de los productos de combate han sido históricamente mal utilizados y por ello las garrapatas han desarrollado resistencia; hace falta mucha capacitación para los productores, de manera que se mejoren las estrategias de combate.
El tórsalo está presente en las regiones productoras más húmedas y es, al igual que las garrapatas, un parásito difícil de combatir. La mosca del tórsalo (Dermatobia hominis) tiene una baja densidad poblacional, pero utiliza a muchos otros insectos más pequeños como vectores para la distribución de sus huevecillos. Este parásito causa mucho “stress” a los animales y pérdidas en productividad, además de los daños permanentes al cuero, que es un subproducto valioso del bovino.
Los parásitos muy rara vez causan mortalidad en bovinos (con la excepción de los terneros lecheros), pero sí causan importantes pérdidas por morbilidad. Su control debe ser una prioridad sanitaria importante en las fincas de carne-cría.
Referencia Bibliográfica
PÉREZ, E. 2017. Manual de Manejo: Sistemas intensivos sostenibles de ganadería de leche. Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA). San José, Costa Rica. 54 p.
No hay comentarios :
Publicar un comentario